Desde
1866, el día 15 de noviembre se celebra en Bélgica el “Día del Rey” que, aunque
no es una fiesta laboral, se conmemora con diversos actos oficiales, entre ellos
los Te Deum organizados en las
catedrales y colegiatas de todo el país. Tuvimos la ocasión de presenciar el
que tuvo lugar en la basílica de Notre Dame de Tongres, en cuya torre ondeaba
la bandera nacional.
Allí
nos llamó la atención la presencia de este elegante personaje que vestía levita
azul con vueltas rojas, tocado con bicornio, que iba armado con espada al cinto
y una alabarda. Su función es la de mantener el orden dentro de templo y, en
cierta manera, es el equivalente a lo que aquí se conocía como “azotaperros”.
En
el acto estaban presentes miembros de las asociaciones de excombatientes, con
sus banderas y las autoridades civiles y militares de la ciudad.
Destacaban
los magistrados, con sus togas, y el burgomaestre Patrick Dewael, un destacado político belga, con el fajín con
los colores nacionales.
Tras
el canto del Te Deum, el acto
finalizó con la interpretación del himno nacional al órgano.
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