En
el año 2001, cuando se encontraba realizando trabajos de explanación para la
plantación de una viña, en la partida de “La Gorrona”, dentro del término
municipal de Albeta, D. Miguel Ángel Diarte se vio sorprendido por la aparición
de lo que parecía ser un antiguo pavimento.
Inmediatamente,
interrumpió los trabajos y notificó el hallazgo al Centro de Estudios Borjanos,
desplazándose hasta ese lugar el responsable de la Sección de Arqueología D.
Isidro Aguilera Aragón, acompañado por Dª María Fernanda Blasco Sancho, quienes
se percataron de la importancia de los restos encontrados, ya que junto a ellos
ya se había constatado la existencia de una villa altoimperial. Cuando en La
Crónica del Campo de Borja se dio la noticia, algunos meses después, se
resaltaba el comportamiento del propietario del terreno y la extraordinaria
colaboración del Ayuntamiento de Albeta ya que, en muy poco tiempo, se pudo
llevar a cabo una excavación que permitió conocer el alcance de lo encontrado.
Porque
se trataba de unas termas construidas entre el siglo I y II de nuestra era para
su utilización por los habitantes de la villa contigua, lo que da idea del
nivel de confort alcanzado en esos pequeños núcleos que, en época romana,
articulaban la explotación agrícola del valle del Huecha.
Lo
que se había conservado eran los cimientos de los baños calientes y la sauna.
Entre las columnas de ladrillo que se aprecian en las imágenes circulaba el
aire calentado en unos hornos que ascendía por unas “tuberías” de cerámica, de
las que se aprecia un resto al fondo de la fotografía inferior, para
proporcionar la adecuada temperatura al agua y a las estancias de las termas.
Sobre estos pilares había, lógicamente, un pavimento desaparecido del que
apenas existían restos.
Por
la parte lateral de la construcción discurría un canal por el que llegaba el
agua necesaria para el funcionamiento del complejo. Es curioso que su trazado
está orientado hacia la actual acequia de Marbadón, muy próxima al lugar,
aunque ello no permite asegurar que existiera en aquellos momentos.
Tras
las excavaciones y la realización de los correspondientes estudios, las termas
volvieron a ser cubiertas, aunque en la actualidad el terreno es titularidad
pública, al igual que una parte del emplazamiento de la villa antes citada.
Este
reportaje ha sido posible porque acabamos de recibir una nutrida colección de
fotografías, donadas por D. Jesús Arcega, ya que en nuestro archivo no
disponíamos de ningún testimonio gráfico de este importante descubrimiento.
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