Desde
hace tiempo, Guillermo Carranza Alcalde viene trabajando en la realización de
un inventario de todas las obras hidráulicas existentes en la cuenca del río
Huecha. Se trata de un trabajo complejo y laborioso que ha exigido un
considerable esfuerzo que, en cierto modo, surgió tras la publicación de su
obra La Huecha y la Elma.
En
estos momentos ha finalizado la recogida de datos en los municipios de Añón,
Alcalá de Moncayo, Vera de Moncayo, Talamantes, Ambel y Bulbuente y está
previsto la edición paulatina de estos inventarios que tienen un interés
extraordinario, dado el elevado número de elementos que recogen. Concretamente,
de los citados municipios son más de 90 las obras inventariadas, entre las que
se encuentra el acueducto de Morca, al que vamos a referirnos hoy.
El
acueducto, situado en el término municipal de Añón, en la partida de Las
Pedreras, fue construido para salvar el cauce del barranco de Morca y permitir
el paso de la acequia de discurre por la ladera derecha del mismo.
Sus
dimensiones son de 21 metros entre los soportes de un arco de 4 metros de
diámetro y una altura aproximada de 2,30, formado por piedras colocadas a
sardinel, siendo su anchura de medio metro.
Antes
existe un tramo recto soportado por una pilastra de piedra. La acequia fue
revestida con hormigón en 1988, según se detalla en una inscripción realizada
en la propia obra. Del acueducto arranca la acequia de la Solana que riega la
margen izquierda del barranco de Morca, con orientación al mediodía, lo que
justifica su nombre.
Las
aguas proceden de la balsa del Cerrillo y de la acequia del Hueco o de
Valdemanzano. Como en todo el sistema de riegos de la cuenca, el uso de las
mismas obedece a profundas razones históricas que, en este caso, tienen su
origen n los desencuentros suscitados entre Asñón y Trasmoz, que dieron lugar a
diferentes sentencias, algunas de ellas del siglo XIX, estudiadas por Guillermo
Carranza y a las que se hará referencia en el libro que editaremos en su
momento.
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