D. Javier Bona Quílez nos
ha enviado esta antigua fotografía de la actual plaza de España que merece la
pena comentar, ya que ofrece datos de interés sobre el urbanismo de nuestra
ciudad y sobre los dos edificios existentes en ese lugar, ya desaparecidos,
tras ser sustituidos por los actuales.
En primer lugar, hay que
destacar el estado de la plaza, entonces conocida como “plaza de la
Constitución”, aún sin pavimentar, aunque con aceras en su perímetro. Destacan
en ella las cuatro farolas ubicadas en torno a la llamada “fuente de Rivas”.
Esta fuente fue
inaugurada el 31 de julio de 1887, siendo alcalde de Borja D. Tomás Sánchez
Saldaña y de ese acto se conservan fotografías y grabados, ya que se hizo eco del
mismo la revista La Ilustración Española.
En el grabado que reproducimos, puede apreciarse que, en esos momentos, aún no se
habian instalado las farolas.
Estas farolas que fueron
las primeras eléctricas que alumbraron las calles borjanas se colocaron el 31
de julio de 1894, durante el segundo mandato de D. Tomás Sánchez Saldaña, médico
de profesión. Que son eléctricas lo demuestran los aisladores de porcelana que
se ven en la parte superior del arco que las rodea, así como los soportes que
aparecen en la esquina del edificio de la primera fotografía.
Poco después se plantaron
los árboles que aparecen en esta otra imagen, tomada desde el fondo de la
plaza, en la que se aprecia aún mejor el pavimento de tierra de la misma y la
zanja que corría frente a la fachada del antiguo convento de agustinos.
La instalación de este
primer alumbrado público respondió a una iniciativa privada, impulsada por D.
Valentín Giménez, corriendo a cargo del industrial D. Cipriano Salvatierra
Rufo, un navarro que, más tarde, fue el creador de sociedades relacionadas con
la producción eléctrica como Electro Industrial Navarra y Electro Industrial de
Castilla la Nueva.
Comoquiera que aún no
existían las centrales hidroeléctricas del Moncayo, el suministro procedía de
una planta generadora instalada aquí, cuyas máquinas fueron bendecidas por el
párroco D. Protaso Gracia, en el transcurso de una ceremonia que constituyó
todo un acontecimiento social, en el que los numerosos asistentes quedaron
admirados del funcionamiento del nuevo alumbrado, pues no hubo “ni una
interrupción ni la oscilación más pequeña” en el transcurso de las cuatro horas
que duró la experiencia. Para celebrar el éxito, en el Salón de Reyes la
corporación municipal ofreció una recepeción con “tortadas, multitud de pastas,
finos licores y ricos quesos helados”, servidos sobre las mesas que se
instalaron, adornadas con ramilletes de flores, mientras actuaba en la plaza la
primera Banda Municipal de Música que hubo en nuestra ciudad, fundada en 1893 y
dirigida por D. José Gusi Soler.
Pero
volviendo a la fotografía que motivaba este artículo, debemos hacer mención a
los edificios que aparecen en ella y que corresponden a dos importantes
palacios, numerados con los dígitos (1-2) el primero y con el (3) el segundo.
Entre ellos se alza otro edificio, de factura moderna (4), mientras que a la
derecha de la imagen y con el nº 5 aparece el correspondiente al Círculo de la
Amistad que ya estaba en funcionamiento.
En
este caso, no cabe duda de que tenía interés, con vertientes a la plaza y a la
calle de la Concepción, donde seguramente tendría su entrada. Ello se desprende
de la existencia de una escalera monumental, rematada por la cúpula que se
advierte sobre el tejado, en el que llama la atención ese cuerpo central sobre
el que se apoyan ambas vertientes.
En
la fachada hay un rótulo que hace alusión a la sastrería de Raimundo Terrén que
estuvo emplazada en ese lugar. Se conserva un retrato de su titular, D.
Raimundo Terrén Petit, realizado por D. Baltasar González en 1884, como se
indica en la firma. Está depositado en la Casa de Aguilar, por voluntad de sus
descendientes, la familia Gago.
Aquel
palacio fue derruido, a comienzos del siglo XX, para levantar el edificio
actual de cuatro plantas, cuyas fachadas han sido rehabilitadas recientemente, con gran acierto, por sus propietarios.
Al
otro edificio nos hemos referido en diversas ocasiones, ya que en el mismo
estuvo una fonda que llegamos a ver en funcionamiento. Pero, antes de que esto
ocurriese era otro interesante palacio cuya fachada a la plaza tenía la clásica
arquería de las casas importantes del siglo XVI que, en la foto, se ve
perfectamente aunque cegada. La remataba un alero de madera, con canetes de
gran calidad, algunos de los cuales se conservan.
Sobre
la puerta de doble hoja que, desde luego, no era la original, se lee “Parador
de Mariano Pardo”. El nombre de “parador” era el utilizado para las fondas. Por
aquel entonces, se construyó el gran “Parador de Frauca”, en la plaza de Santo
Domingo que representó un avance considerable, por la calidad de sus
instalaciones.
No
eran los únicos establecimientos hosteleros que había en Borja, pues en el
periódico local El Trabajo, se
insertaban en 1889, anuncios de la “Casa de Huéspedes de Antonio Benito”, sita
también en la plaza de la Constitución y cuya relación con el citado parador
ignoramos. Más curiosa es la referencia al “Café del Hotel Burdeos”, que estaba
en el paseo, frente a la estación del ferrocarril que acababa de ser
inaugurada. No sabemos si se trataba de un café exclusivamente o era el café de
un hotel. Nos inclinamos por la primera posibilidad, pues del “hotel Burdeos”,
si es que existió no tenemos otras noticias por el momento.
Es
curiosa, sin embargo, esa alusión a la “cerveza” VELTEN, de la que el dueño del
establecimiento acababa “de recibir varios barriles”. Procedía de Marsella,
donde el personaje que aparece en la imagen superior, Geoffroy Velten, había
creado una gran fábrica, antes de dedicarse a la política, llegando a ser
senador durante varias legislaturas. La cerveza se servía, según indica el anuncio,
en jarra o en bock, que es el nombre
con el que se conoce a esas jarras alemanas con tape y muy decoradas que todos
conocemos.
El
edificio que, en la actualidad, hubiera estado protegido, fue derribado en la
segunda mitad del siglo XX, para levantar el que aparece en la primera de estas
dos fotografías.
Por
lo tanto, de las casas que aparecen en la imagen inicial, sólo se han mantenido
la que rotulábamos con el nº 4, situada entre las dos derribadas y que, además,
fue rehabilitada y la del Círculo de la Amistad que hacía ángulo con la nº 3.
Terminamos
con esta visión comparativa de la plaza, entonces y ayer mismo, aunque en la
segunda, no se ve la fuente, al quedar oculta por las gradas instaladas durante
la última reforma de este espacio, llevada a cabo, según proyecto del arquitecto
D. Carlos Bressel.
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