lunes, 20 de junio de 2016

Analizando una antigua fotografía de la plaza de España



            D. Javier Bona Quílez nos ha enviado esta antigua fotografía de la actual plaza de España que merece la pena comentar, ya que ofrece datos de interés sobre el urbanismo de nuestra ciudad y sobre los dos edificios existentes en ese lugar, ya desaparecidos, tras ser sustituidos por los actuales.

            En primer lugar, hay que destacar el estado de la plaza, entonces conocida como “plaza de la Constitución”, aún sin pavimentar, aunque con aceras en su perímetro. Destacan en ella las cuatro farolas ubicadas en torno a la llamada “fuente de Rivas”.




            Esta fuente fue inaugurada el 31 de julio de 1887, siendo alcalde de Borja D. Tomás Sánchez Saldaña y de ese acto se conservan fotografías y grabados, ya que se hizo eco del mismo la revista La Ilustración Española. En el grabado que reproducimos, puede apreciarse que, en esos momentos, aún no se habian instalado las farolas.



            Estas farolas que fueron las primeras eléctricas que alumbraron las calles borjanas se colocaron el 31 de julio de 1894, durante el segundo mandato de D. Tomás Sánchez Saldaña, médico de profesión. Que son eléctricas lo demuestran los aisladores de porcelana que se ven en la parte superior del arco que las rodea, así como los soportes que aparecen en la esquina del edificio de la primera fotografía.



            Poco después se plantaron los árboles que aparecen en esta otra imagen, tomada desde el fondo de la plaza, en la que se aprecia aún mejor el pavimento de tierra de la misma y la zanja que corría frente a la fachada del antiguo convento de agustinos.
            La instalación de este primer alumbrado público respondió a una iniciativa privada, impulsada por D. Valentín Giménez, corriendo a cargo del industrial D. Cipriano Salvatierra Rufo, un navarro que, más tarde, fue el creador de sociedades relacionadas con la producción eléctrica como Electro Industrial Navarra y Electro Industrial de Castilla la Nueva.
            Comoquiera que aún no existían las centrales hidroeléctricas del Moncayo, el suministro procedía de una planta generadora instalada aquí, cuyas máquinas fueron bendecidas por el párroco D. Protaso Gracia, en el transcurso de una ceremonia que constituyó todo un acontecimiento social, en el que los numerosos asistentes quedaron admirados del funcionamiento del nuevo alumbrado, pues no hubo “ni una interrupción ni la oscilación más pequeña” en el transcurso de las cuatro horas que duró la experiencia. Para celebrar el éxito, en el Salón de Reyes la corporación municipal ofreció una recepeción con “tortadas, multitud de pastas, finos licores y ricos quesos helados”, servidos sobre las mesas que se instalaron, adornadas con ramilletes de flores, mientras actuaba en la plaza la primera Banda Municipal de Música que hubo en nuestra ciudad, fundada en 1893 y dirigida por D. José Gusi Soler.



            Pero volviendo a la fotografía que motivaba este artículo, debemos hacer mención a los edificios que aparecen en ella y que corresponden a dos importantes palacios, numerados con los dígitos (1-2) el primero y con el (3) el segundo. Entre ellos se alza otro edificio, de factura moderna (4), mientras que a la derecha de la imagen y con el nº 5 aparece el correspondiente al Círculo de la Amistad que ya estaba en funcionamiento.



            En este caso, no cabe duda de que tenía interés, con vertientes a la plaza y a la calle de la Concepción, donde seguramente tendría su entrada. Ello se desprende de la existencia de una escalera monumental, rematada por la cúpula que se advierte sobre el tejado, en el que llama la atención ese cuerpo central sobre el que se apoyan ambas vertientes.



            En la fachada hay un rótulo que hace alusión a la sastrería de Raimundo Terrén que estuvo emplazada en ese lugar. Se conserva un retrato de su titular, D. Raimundo Terrén Petit, realizado por D. Baltasar González en 1884, como se indica en la firma. Está depositado en la Casa de Aguilar, por voluntad de sus descendientes, la familia Gago.




            Aquel palacio fue derruido, a comienzos del siglo XX, para levantar el edificio actual de cuatro plantas, cuyas fachadas han sido rehabilitadas recientemente, con gran acierto, por sus propietarios. 




            Al otro edificio nos hemos referido en diversas ocasiones, ya que en el mismo estuvo una fonda que llegamos a ver en funcionamiento. Pero, antes de que esto ocurriese era otro interesante palacio cuya fachada a la plaza tenía la clásica arquería de las casas importantes del siglo XVI que, en la foto, se ve perfectamente aunque cegada. La remataba un alero de madera, con canetes de gran calidad, algunos de los cuales se conservan.




            Sobre la puerta de doble hoja que, desde luego, no era la original, se lee “Parador de Mariano Pardo”. El nombre de “parador” era el utilizado para las fondas. Por aquel entonces, se construyó el gran “Parador de Frauca”, en la plaza de Santo Domingo que representó un avance considerable, por la calidad de sus instalaciones.
            No eran los únicos establecimientos hosteleros que había en Borja, pues en el periódico local El Trabajo, se insertaban en 1889, anuncios de la “Casa de Huéspedes de Antonio Benito”, sita también en la plaza de la Constitución y cuya relación con el citado parador ignoramos. Más curiosa es la referencia al “Café del Hotel Burdeos”, que estaba en el paseo, frente a la estación del ferrocarril que acababa de ser inaugurada. No sabemos si se trataba de un café exclusivamente o era el café de un hotel. Nos inclinamos por la primera posibilidad, pues del “hotel Burdeos”, si es que existió no tenemos otras noticias por el momento. 



            Es curiosa, sin embargo, esa alusión a la “cerveza” VELTEN, de la que el dueño del establecimiento acababa “de recibir varios barriles”. Procedía de Marsella, donde el personaje que aparece en la imagen superior, Geoffroy Velten, había creado una gran fábrica, antes de dedicarse a la política, llegando a ser senador durante varias legislaturas. La cerveza se servía, según indica el anuncio, en jarra o en bock, que es el nombre con el que se conoce a esas jarras alemanas con tape y muy decoradas que todos conocemos.




            El edificio que, en la actualidad, hubiera estado protegido, fue derribado en la segunda mitad del siglo XX, para levantar el que aparece en la primera de estas dos fotografías.
            Por lo tanto, de las casas que aparecen en la imagen inicial, sólo se han mantenido la que rotulábamos con el nº 4, situada entre las dos derribadas y que, además, fue rehabilitada y la del Círculo de la Amistad que hacía ángulo con la nº 3.




            Terminamos con esta visión comparativa de la plaza, entonces y ayer mismo, aunque en la segunda, no se ve la fuente, al quedar oculta por las gradas instaladas durante la última reforma de este espacio, llevada a cabo, según proyecto del arquitecto D. Carlos Bressel.

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