A
raíz del homenaje que, recientemente le fue tributado a María Domínguez Remón,
en su localidad natal de Pozuelo de Aragón, se ha vuelto a atribuirle la
condición de “primera alcaldesa democrática”. En este blog, hemos señalado, en
varias ocasiones, que esa afirmación no es correcta y mucho menos la que figura
en el monumento que la Agrupación del PSOE de Fuendejalón, erigió en su memoria
en el cementerio de ese municipio, donde fue fusilada, y en el que se hizo
contar que fue “la primera alcaldesa en la historia de España”. A petición de
algunos de nuestros lectores queremos dar a conocer hoy los datos que vienen a
avalar la opinión que hemos venido manteniendo.
En
primer lugar, debemos señalar que el honor de ser la primera alcaldesa de
España o del Estado suele ser atribuido a otras destacadas mujeres, como
veremos a continuación, siendo preciso distinguir entre alcaldesas designadas y
alcaldesas elegidas democráticamente.
Matilde Pérez Mollá |
Porque
la primera mujer en presidir una corporación municipal fue Matilde Pérez Mollá (1858-1936), nombrada alcaldesa de
Quatretondeta por el gobernador civil de Alicante, un pequeño municipio de esa provincia,
al frente del cual estuvo entre el 27 de octubre de 1924 y 1 de enero de 1930,
realizando una gran labor, fruto de la cual llegó la luz eléctrica al
municipio, se construyó la primera carretera que lo enlazaba con Gorga y
surgieron numerosas actividades culturales, como la creación de un grupo de
teatro y una coral, lo cual es digno de ser resaltado al tratarse de una
localidad de entonces tenía unos 500 habitantes. Era una mujer culta y bien
relacionada que había estado casada con un notario de Alcoy y que supo ganarse
el afecto de sus paisanos que, todavía la recuerdan, habiéndole dedicado una
calle y una placa en su casa natal.
Concepción Pérez Iglesias |
Pocos
meses después, en enero de 1925, el
Gobernador Civil de Pontevedra nombró Alcaldesa de Portas a Concepción Pérez Iglesias, “Doña Concha”,
como era conocida entre los vecinos. Era una excelente maestra que, en aquellos
momentos, tenía 44 años y era ya viuda. Estuvo al frente del municipio hasta
1930.
Petra Montoro Romero |
Por
la misma época fue nombrada Alcaldesa de Sorihuela de Guadalimar (Jaén) Petra Montoro Romero que, como en los
casos anteriores, desempeñó el cargo hasta 1930. En la única fotografía que
hemos encontrado aparece con el bastón de mando, a la salida de la iglesia
parroquial, en compañía del párroco, el comandante de puesto de la Guardia
Civil y el juez, también con bastón. Al estallar la Guerra Civil, fue detenida
por un grupo de milicianos y fusilada,
junto con sus hermanas Marta y Natalia, el 29 de noviembre de 1936. Tenía
entonces 63 años y sus hermanas 66 y 69, respectivamente. En una página de su
localidad natal se afirma que fue la primera alcaldesa de España, algo
reiterativo en casi todos los casos citados.
También,
entre 1926 y 1930, fue Alcaldesa de Bolaños de Campos (Valladolid) Benita Mendalio, una maestra de la
localidad de la que no hemos encontrado imágenes ni otros datos biográficos.
Dolors Codina i Arnau |
Sí
los hay de Dolors Codina i Arnau
(1878-1944) que fue nombrada Alcaldesa de El Talladell (Lleida) en 1927,
ejerciendo el cargo hasta 1930. Era una propietaria de esa localidad, siendo
considerada la primera alcaldesa de Cataluña. Pasó la Guerra Civil oculta en
Barcelona, regresando a El Talladell, al finalizar la contienda, y allí falleció
a los 66 años de edad, donde todavía se le recuerda, como puede apreciarse en
esta imagen.
Natividad Yarza Planas |
Las
cinco alcaldesas citadas desempeñaron su cometido durante la Dictadura de Primo
de Rivera, siendo todas ellas designadas por los respectivos Gobernadores
Civiles, tal como hemos señalado.
La
primera en acceder al cargo, como consecuencia de unas elecciones democráticas
fue Natividad Yarza Planas (1872-1960)
que, en las celebradas el 14 de enero de 1934, encabezó, como independiente, la
candidatura de Esquerra Republicana en la localidad de Bellprat (Barcelona). Maestra
de profesión, ya se había hecho cargo de la comisión gestora de ese
ayuntamiento con anterioridad. Al finalizar el curso de 1933-1934 fue
trasladada a La Pobla de Claramunt y tuvo que dejar el cargo, aunque otros
autores afirmas que fue destituida, tras la revolución de octubre.
Al
estallar la Guerra Civil tenía 63 años, pero no dudó en alistarse en la columna
organizada por el PSUC, al mando de Luis del Barrio Navarro, marchando con ella
al frente de Aragón. Exiliada en Francia, en 1939, estableció su residencia en
Toulouse, donde falleció, como consecuencia de una caída, el 16 de febrero de
1960.
Se
da la circunstancia de que, aunque nacida en Valladolid, era hija de Manuel
Yarza Lavilla, natural de Brea de Aragón, y de Lorenza Planas, de Huarte
(Navarra). El padre trabajaba como zapatero para el Ejército, razón por la cual
su hija vino al mundo en esa ciudad castellana, así como sus dos hermanos,
Bernarda y Mariano. Posteriormente, la familia se trasladó a Barcelona, aunque
los estudios de Magisterio los cursó en Huesca.
En
2015, se le tributó un homenaje de Valladolid, como “primera alcaldesa
catalana”, lo que no es cierto, como hemos visto, al igual que ocurre con María
Domínguez Remón, que no fue nunca alcaldesa y, por lo tanto, no pudo ser la
primera de España, honor que corresponde a Matilde Pérez Mollá y, si queremos
precisar el dato de alcaldesa democráticamente elegida, debemos referirnos a
Natividad Yarza Planas.
María
Domínguez no fue elegida democráticamente para ocupar la Alcaldía, sino que
presidió la Comisión Gestora, nombrada por el Gobernador Civil de Zaragoza,
para hacerse cargo de la gestión del Ayuntamiento, tras la dimisión, como
consecuencia del enfrentamiento entre republicanos y socialistas, de todos los
miembros de la corporación municipal de Gallur que habían resultado elegidos en
las elecciones de abril de 1931, las que trajeron la II República. Su mandato
fue efímero, entre el 27 de julio de 1932 y febrero de 1933, dándose la
circunstancia de que su cese fue debido a que el Ministerio de la Gobernación
dio unas nuevas normas por las que se regulaba la composición de las Comisiones
Gestoras. De acuerdo con ellas, debían estar integradas por un funcionario del
Estado, de los destinados en el municipio, un patrono o propietario, y un
obrero que fuera miembros de los sindicatos legales. A pesar de que María había
sido fundadora de la UGT local, los miembros de la misma decidieron proponer como
miembro de la comisión a Pablo Royo Navarro, por la que María quedó apartada de
ese cometido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario