La ermita de San Sebastián de la Loteta de Magallón es un
edificio construido a partir de 1633 que tiene especial interés. Por una parte,
al ser el punto de destino de la tradicional romería que los vecinos de la
villa realizaban el día de su Santo titular y que, en la actualidad, sigue
celebrándose cada año, aunque durante el último sábado de mayo. Por otro lado,
ha pasado a la historia del Arte ya que el estadounidense Chandler R. Post en
su monumental obra A History of Spanish Painting, atribuyó las tablas góticas
que se conservaban en su interior a un hipotético “maestro de Coteta”,
confundiendo el nombre del topónimo.
Hoy
queremos mostrar imágenes del estado en que se encontraba en la década de los
años setenta del pasado siglo, cuando la visitamos por primera vez, poco antes
de que, mediante una decisión poco habitual, el Ministerio de Cultura se
incautara de las obras artísticas que allí había, depositándolas en el
Ayuntamiento de Magallón, tras el robo de una imagen de vestir de la Virgen y
en previsión de males mayores.
En
aquellos momentos, aún podía verse el retablo barroco, mandado construir por
Agustín de Sada, con los restos de un antiguo retablo gótico, salvo el ático,
que es de otra época y la imagen titular que reemplazo a otra de la Virgen que
era la central del antiguo retablo y terminó en la colección de D. Mariano de
Pano.
Las
tablas de las calles laterales, que no reproducimos, y las de las basas de las
columnas y de la predela se encontraban en el estado que puede apreciarse,
habiendo sido posteriormente restauradas, ya en su nuevo emplazamiento. A
nuestro juicio, merecería la pena plantearse la posibilidad de crear un Museo
de Arte Religioso en Magallón, con estas obras y con otras pertenecientes a su
rico patrimonio, algo similar a lo que, con gran acierto, se ha hecho en
Ainzón.
Queremos
detenernos en este lienzo que estaba ubicado en el ático de ese retablo, dado
que en el inventario que publicamos de esta localidad, se hacía referencia al
mismo como “Virgen y el Niño con donante”, cuando en realidad se trata de una representación
de San Agustín que viste el hábito de su orden y los atributos episcopales,
capa pluvial, báculo y mitra sobre libro. La identificación no ofrece dudas,
dado que además del corazón que sostiene en la mano derecha, atravesado por la
saeta, hay dos ángeles en la parte superior con una filacteria en la que puede
leerse “Sagita veras Domine cor meum charitate tva”, habitual en la
iconografía del Santo.
Sin
embargo, en el interior de la ermita se encontraba también este Calvario que
pudo ser el primitivo remate del retablo gótico, desmontado en 1676, por
encargo del citado Agustín de Sada.
Otra
interesante tabla que allí había era ésta en la que aparece San Sebastián,
vestido al modo de los caballeros de la época de su realización y llevando en
la mano el arco alusivo a su martirio. Debió pertenecer a un retablo
renacentista desaparecido.
También
había este busto, bastante deteriorado de Santa Ana, con la Virgen y el Niño.
Por cierto, uno de características similares fue robado de la iglesia
parroquial de San Lorenzo, por aquella época. Estaba en la capilla situada bajo
la torre.
Otras
dos imágenes conservadas en el interior de la ermita, era una muy interesante,
con un buen policromado, de la Virgen y el Niño y otra que representaba a Santa
Teresa de Jesús, sobre la que no hay demasiadas representaciones en nuestra
comarca.
Tras
las fotografías que realizamos entonces, ofrecemos estas otras de Pedro
Domínguez Barrios que, cada año, acude a la romería que tiene como destino esta
ermita, junto a la que ahora se encuentra el embalse de La Loteta y cuya
estructura fue restaurada, conservándose en muy buen estado.
Sin
embargo, en su interior ya no existe nada y, únicamente, el día de la romería
se lleva la imagen del Santo, colocándola sobre el altar y ante la que suele
depositarse un ramo de flores como ofrenda del Ayuntamiento de Magallón.
La
digitalización de nuestra colección de diapositivas nos ha permitido mostrar
hoy estas imágenes desconocidas de la ermita que, ni siquiera, fueron
utilizadas en la obra a la que hemos hecho referencia, pues se insertaron las
efectuadas por los profesores D. Gonzalo Borrás Gualís y Dª María Isabel Álvaro
Zamora, en junio de 1979 y en blanco y
negro.
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