Tan
pronto como María Ángeles Martínez tuvo noticia de la información que damos a
conocer en el artículo anterior, marchó a Barcelona “en busca de la cruz
perdida”, pero en la plaza del Rey, en el mismo lugar en el que el borjano D.
Pedro Lázaro salvó la vida de Fernando el Católico fue sorprendida y rodeada
por un nutrido grupo de personas que le impidieron llevar a cabo su arriesgada
misión.
Inicialmente
pensamos que con sus brazos levantados querían afirmar “que no, que la Cruz no
volverá a Aragón”, pero nos ha aclarado que se trata de una coreografía muy
ensayada con un grupo de estudiantes de la ciudad francesa de Nantes con sus
profesores. Como son menores de edad, hemos de aclarar que María Ángeles recabó
el consentimiento telefónico de todos sus padres y tutores para difundir el resultado
de su actuación músico-teatral.
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