Magallón
es una localidad con un importantísimo conjunto patrimonial, entre el que
destaca la antigua iglesia de Santa María de la Huerta, declarada Bien de
Interés Cultural el 22 de diciembre de 1982 y, sin duda, el monumento mudéjar
más relevante de nuestra zona.
Construida
en el siglo XIV, sobre una ermita allí existente, pasó a ser templo conventual
cuando la Orden de Predicadores se estableció en Magallón en 1612, antes de que
fundaran en Borja en 1636.
Lamentablemente,
la Desamortización de 1835 provocó el abandono del templo y el progresivo
deterioro del mismo. Cayeron sus torres, la cubierta y sus muros laterales.
Afortunadamente, se mantuvo en pie el ábside.
Cuando parecía abocado a su desaparición el
Ayuntamiento de la villa logró consolidar las ruinas y adaptarlas como Auditorio
Municipal, dándole el nombre de uno de los más ilustre músicos nacidos en ese
municipio, D. Ramón Salvador Morales.
Durante
su reciente estancia entre nosotros quiso conocerlo el Presidente de Europae
Thesarui Dr. Bernard Berthod y en el transcurso de su visita pudimos constatar
los daños producidos, por los efectos del viento, en las cubiertas de cobre
instaladas en determinados lugares. En dos de las capillas laterales han sido
arrancadas, dejando al descubierto la base de aglomerado de madera que, sin la
necesaria protección, se van a ver afectadas rápidamente.
El
interior del templo conserva, en algunas de sus zonas, el esgrafiado de sus
paredes y restos de su policromía original, aunque hace ya tiempo que
desaparecieron las pinturas murales que había en el interior del ábside,
perceptibles en antiguas fotografías del archivo Mas y que llegamos a conocer.
Sí se
conservan las bellísimas celosías interiores de los ventanales geminados del ábside,
protegidas exteriormente tras la restauración por placas de alabastro, aunque
dos de ellas presentan pequeñas mutilaciones.
En las
ménsulas del último tramo de la nave, donde se encuentra el coro, se conservan
ménsulas decoradas con elementos heráldicos que, como en monumentos cercanos,
estuvieron policromadas. No existen ya las correspondientes al resto de los
tramos desaparecidos.
No
obstante, la intervención realizada sirvió para salvar de su completa destrucción
al monumento, siendo preciso únicamente mantenerlo en estado adecuado, algo no
exento de dificultades, dado que al carecer de cubierta está expuesto a la
acción de los elementos atmosféricos y también a la de las palomas, cuyo efecto
se deja sentir en su interior.
A
diferencia de lo ocurrido con la iglesia, el edificio del convento se salvó,
tras la Desamortización, dado que fue destinado a otros usos, entre ellos el de
albergar las “Escuelas de 1ª Educación” como recuerda la placa conservada en su
interior.
Más
tarde, una parte del mismo fue transformada en Casa de Cultura y otra sirvió
como Casa Consistorial, tras el abandono de la ubicada en la calle de la Villa,
hasta que fue inaugurado el nuevo edificio.
Pero
del edificio conventual únicamente se mantienen las fachadas exteriores, dado
que su interior sufrió una importante transformación para adaptarlo a los nuevos
usos, con una inversión cuantiosa, dada la calidad de los materiales empleados.
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