D.
José Ignacio Sauca nos acaba de remitir la noticia del descubrimiento realizado
por los miembros de la Asociación de Amigos de la Cultura de Magallón de uno de
los torreones de la muralla que debió rodear el casco urbano de la villa en
época medieval.
Con una altura
perceptible de unos tres metros, está construido en piedra caliza de la zona,
ensamblada con yeso fuertemente compactado y junto al mismo, se observa
perfectamente el muro de la cerca a la que protegía.
Una de
las características más llamativas es su planta circular, dado que los
torreones conocidos en otros lugares próximos, como Borja, son cuadrangulares,
tanto los islámicos, como los de época cristiana. Es cierto que en Alcalá de
Moncayo se puede ver uno circular pero, en ese caso, existen dudas sobre su
funcionalidad, pues pudiera tratarse del ábside de la primitiva iglesia.
El
torreón ha aparecido en la calle Calentejo, donde se encuentra un conjunto de
viviendas, construidas en 1850 por D. Mariano Pérez Baerla para sus
trabajadores y que, en su momento, fueron catalogadas por su interés.
Sobre
la vista general de la población, Josi Sauca ha dibujado el hipotético trazado
de esa muralla, a la que correspondería el torreón y el muro ahora localizados.
Magallón
fue una de las plazas fuertes de la Raya aragonesa en esta zona y sobre el cerro
de la Molilla hubo dos castillos (algo inusual), el de San Lorenzo y el de la
Magdalena, rodeados de murallas y separados por un foso. De ellos existen
diversas referencias documentales, especialmente de la época de la guerra de
los dos Pedros y del primero se ha conservado su torre, integrada ahora en la
iglesia parroquial de San Lorenzo.
Pero
el recinto urbano dispuso también de una cerca, a la que corresponderían los
testimonios ahora localizados y que, en nuestra opinión, revisten especial importancia,
dado el escaso conocimiento que se tenía de la evolución urbana de la población
y de sus defensas, tanto en Magallón como en otras localidades cercanas.
El
haber identificado restos tan relevantes como los que damos a conocer debe
servir de estímulo a los especialistas para un estudio riguroso y al mismo
tiempo han de ser adoptadas las necesarias medidas de protección de los mismos
y de los que, sin duda, existirán en sus aledaños pues, aunque los elementos
relacionados con la arquitectura militar gozan de la declaración genérica de “Bien
de Interés Cultural”, es preciso garantizar su conservación, incoando una
declaración específica de todos ellos.
Nuestra
felicitación a los miembros de esa activa Asociación y nuestro agradecimiento a
Josi Sauca por los datos que nos ha facilitado, junto con las fotografías de
Alejandro Melero Frago.
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