A raíz
de la publicación del artículo que dedicamos a los antiguos cafés del Campo del
Toro, en el que hacíamos referencia al famoso “Café de Zaro”, D. Fernando
Sancho Yoldi nos ha llamado la atención sobre un detalle que nos había pasado
desapercibido: la relación de ese establecimiento con la familia de la famosa actriz
y productora de cine Natividad Zaro Casanova.
Porque
el café lo había fundado D. Blas Zaro Aznar, retratado por D. Baltasar González
en 1887, al igual que su esposa Dª. Vicenta Meneses Foncillas. Después estuvo
al frente del mismo, su hijo D. Juan Zaro Meneses, padre de Natividad.
De
hecho, en el Anuario del Comercio, de la
Industria, de la Magistratura y de la Administración de España,
correspondiente al año 1904, entre los datos correspondientes a nuestra ciudad,
figuran cuatro cafés: el de Antonio Benito, el de Gregorio Cardona, el de
Francisco Pérez y el de Juan Zaro.
En el
artículo citado anteriormente ya comentamos que el café de D. Antonio Benito
estaba situado en la primera planta del edificio que existía en el lugar en el
que ahora se levanta el que ocupa la sucursal de la Caixa. En el Anuario se
cita otro café, el de D. Gregorio Cardona que se encontraba en los porches de
la plaza del Mercado, en el local que, más tarde, ocupó el obrador de la
pastelería de D. Andrés Rubio y, ahora, el Juzgado de Paz, en la Casa de
Cultura. Del que no tenemos noticias, por el momento, es del de D. Francisco Pérez,
cuya vida debió ser efímera.
De
hecho, en la Guía General de Aragón,
Navarra, Soria y Logroño, editada en Huesca en 1924, se reseñan tres
cafés. El de Zaro era regentado en esos momentos por Dª. Felisa Zaro, dado que
el padre de Natividad había aprobado las oposiciones al Cuerpo de Correos y
ocupaba plaza en algún lugar que no era Borja, pues aquí el Administrador era
D. León Corella.
El
nombre de D. Andrés Ruete está asociado al “Café Independiente” que tampoco
tuvo una larga vida pues su propietario pasó a atender las instalaciones del
Casino Conservador en la actual plaza de España.
Finalmente
el supuesto café de “Calahorra y Compañía” era en realidad un cabaret, por utilizar
una denominación, que inicialmente estaba ubicado al comienzo de la calle de
San Francisco en el que los clientes podían entrar o salir, con más disimulo,
por la calle Trinquete. Pero al tratarse de un emplazamiento demasiado céntrico
para un local de esas características, sus propietarios los Sres. Calahorra y
Zarza decidieron trasladarlo a una finca de la carretera de Ainzón. Allí adoptó
el nombre de “Las tres carabelas”, aunque según relataba Francisco Domínguez
era popularmente conocido como “el cabaret detrás de habas” ya que para iniciar
las obras hubo que esperar a que se recogieran esas leguminosas que allí se
cultivaban.
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