Los
asistentes al reciente acto de presentación de una obra en la Casa de Aguilar
quedaron sorprendidos al constatar que, en un edificio contiguo a la misma,
estaban siendo sustituidos los cerramientos de sus vanos por carpintería de
aluminio.
El
casco antiguo de Borja fue declarado “Bien de Interés Cultural” y, por lo
tanto, las obras realizadas en el mismo deben ajustarse a unas normas, entre
las que destacan las referidas a puertas y ventanas. No parece lógico reemplazar
la madera por carpintería metálica y además de color blanco. No es extraña que
la Comisión de Patrimonio lo haya autorizado, si es que fue presentada la
preceptiva licencia de obras.
Algo
parecido ocurre con los tejados en los que, en teoría, debe utilizarse la teja
tradicional o alguna que se le asemeje. Pero también, durante estos días, en
las inmediaciones de la Casa de Aguilar, se está procediendo a reparar un
tejado en el que el uso de las antiguas tejas con otras de color rojo, ofrecen
un aspecto multicolor especialmente llamativo.
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