Uno de
los monumentos más emblemáticos de Tabuenca es la ermita en la que venera a su
Patrona, la Virgen del Niño Perdido, un edificio inaugurado en 1878, cuya
construcción fue una iniciativa de fray Manuel Vela Sanjuán, un religioso
capuchino, natural de la villa, que estuvo de misionero en Filipinas y donó los
fondos necesarios para la obra.
El
aspecto de la misma ha experimentado un cambio sustancial, como puede
apreciarse comparando estas dos imágenes, aunque hay que señalar la fragilidad
de los ladrillos empleados en la edificación.
El
interior también ha sido objeto de especial atención, encontrándose en perfecto
estado. Hay que recordar que la imagen de la Virgen fue robada hace unos años,
al encontrarse la ermita en las afueras del casco urbano. Según nos informó el
sacerdote D. Albert Ventura Rius, especialista en esa advocación mariana, no
era el primero que se había producido en Tabuenca, ya que tenía documentado otro
anterior, mucho más antiguo.
Sobre
un cerro cercano, donde estuvo asentado un poblado minero de la II Edad del
Hierro, se encuentra la pequeña ermita del Calvario, donde finalizaba un Vía
Crucis señalado por los correspondientes pilares.
La
ermita la llegamos a conocer en muy mal estado pero fue completamente
reconstruida, presentando actualmente el aspecto que refleja esta imagen.
Mucho
mayor interés tiene la ermita de San Miguel o de los Santos, dado que se trata
de una construcción medieval, lugar de destino de una romería, en el cuarto
domingo de Cuaresma, en la que se consumen los tradicionales “pasteles”. El
edificio está mantenido aunque no ha sido objeto de una rehabilitación
integral. De ella procede el retablo gótico al que hacíamos referencia en el
artículo anterior que, tras su restauración, se conserva en la iglesia
parroquial.
No
queremos dejar de mencionar a la antigua ermita de la Virgen del Niño Perdido
que, tras perder su función cuando fue construida la nueva, fue dedicada a
otros usos, entre el de taller de confección.
El
Ayuntamiento restauró el edificio y lo destinó a Sala de Exposiciones, con un
excelente resultado, aunque nos hubiera gustado más que se hubiera recuperado
el pórtico de la ermita, ahora incorporado al salón.
De las
cuatro ermitas de Tabuenca, la única que no se ha podido recuperar es la que
estuvo dedicada a Santa Bárbara que se encontraba, hace unos años, en el estado
que muestran estas imágenes. Posiblemente ahora estará peor, aunque era un
edificio no carente de valor.
Terminamos
este nuevo artículo con otra rehabilitación importante, la del antiguo
hospital, situado junto a la iglesia parroquial, que fue adquirido por el
Ayuntamiento y completamente rehabilitado.
En él
se instaló un interesante museo etnológico, con fondos muy completos que se
muestran siguiendo una acertada secuencia. A él le dedicamos un reportaje en
este blog y creemos que merece la pena difundir su existencia, dado que es muy
poco conocido, así como dotarle de una adecuada información de cada una de las
piezas que allí se han reunido.
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