Ayer
falleció en Madrid D. Escolástico Medina García, Tico Medina, un hombre que lo
fue todo en el periodismo español. Había nacido en Piñar (Granada) el 11 de septiembre
de 1934, por lo que este año hubiera cumplido los 87 años.
Aunque comenzó a escribir en la prensa granadina, se forjó en aquella mítica redacción del diario Pueblo, de la que salieron muchos de los grandes periodistas de toda una época. Hoy, como ya lo hicieron ayer, glosarán su figura y su trayectoria profesional en prensa, radio y televisión, así como los numerosos premios y reconocimientos que recibió a lo largo de su carrera.
Pero,
personalmente, quiero recordarlo en aquellos cinco días de enero de 1976 en los
que embarcó en el Juan Sebastián de
Elcano. Llegó como enviado especial del diario ABC, junto con el fotógrafo Ángel Carchenilla (otro de los grandes
de la prensa gráfica) y compartimos momentos inolvidables. Por entonces,
dirigía desde hacía un año el periódico de a bordo que se llamaba La Escandalosa (no piensen mal pues es
el nombre de una de las velas del buque) y para él escribió algún artículo
durante su estancia entre nosotros. Le impresionó la vida a bordo y del
periódico afirmó que merecería dedicarle una tesis doctoral. En Borja se
conserva la colección completa del mismo.
Aquel
fue un crucero muy especial, dado que se compuso de dos viajes redondos, pues
regresamos a Cádiz en mayo para volver a salir participando en la regata
conmemorativa del II Centenario de los Estados Unidos de América. El abordaje
en la bahía de Hamilton (Bermudas) por la fragata Libertad que pudo ser una catástrofe y nos convirtió en portada del
National Geographic, el desfile naval
por el río Hudson y por las calles de Nueva York donde se acababan de inaugurar
las Torres Gemelas o la convivencia con los polacos del Dar Pomorza, aún dentro de la órbita soviética, fueron algunos
acontecimientos memorables. Pero todo ello no lo vivió Tico Medina ya que sólo
nos acompañó en la primera navegación de Cádiz a Las Palmas.
Fruto
de aquella navegación fueron los dos extensos reportajes que publicó en el
suplemento Los Domingos de ABC, en
uno de los cuales nos dedicó calurosos elogios.
En
otra de las fotografías que nos hizo el reportero del barco que era uno de los
enfermeros, dado que el servicio de fotografía también dependía del de Sanidad,
Tico firmó su dedicatoria como “enfermo en Elcano”. No recuerdo cuál pudo ser
su dolencia, pero sí vienen a mi memoria numerosas anécdotas, entre ellas la de
su encuentro con el cocinero de Suboficiales que también se llamaba Escolástico
y que falleció algunos años después en el transcurso de otro crucero. Tico alardeaba
de la “rareza” de su nombre y, por ello, fue una sorpresa encontrar a un tocayo
en el Elcano.
Nunca
volvimos a coincidir pero la noticia de su fallecimiento nos ha traído el
recuerdo de aquellos días lejanos en los que fuimos jóvenes y felices. Descanse
en paz.
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