En circunstancias tan poco habituales como las de este año en el que, por primera vez en la historia, repiten por segunda vez los mayordomos de San Bartolomé (el próximo año la tercera) y la mayoría de los actos han sido cancelados, hemos querido celebrar de alguna forma la fiesta de tan importante cofradía y del barrio agrupado en torno a la iglesia que lo tiene por titular y en cuya antigua demarcación parroquial se encuentra ubicada la Casa de Aguilar.
Desde
primeras horas de la mañana estuvo dispuesto en la planta baja de la Casa el
chocolate con roscones que pudieron degustar todos nuestros visitantes. Hasta
que se desencadenó la epidemia, la cofradía los servía aquí a los que tomaban
parte en la Aurora. Aunque teóricamente este año no se ha cantado, un grupo de
entusiastas lo hizo a título particular a la puerta de la iglesia, en el pilar
de la Cubilla y en la casa de los mayordomos.
También
estuvo una de las danzantes que participaron en la ofrenda que hicieron de sus
palos, en la Eucaristía celebrada a las once de la mañana y, al término de la
misma, nos visitó el Presidente de la cofradía D. Enrique Lacleta que vestía de
riguroso luto, en recuerdo de su padre, nuestro particular amigo D. Serafín
Lacleta que esta año habrá contemplado “su” fiesta en compañía del Apóstol al
que tanta devoción profesó en vida.
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