Cuando hace una semana publicamos imágenes del estanque de Sopez que había sido el destino de uno de nuestros paseos, comentamos que las alambradas que lo cercaban, desde que se obligó a hacerlo en todos los estanques artificiales, lo habían hecho inaccesible, perdiendo buena parte del encanto que tenía en nuestra juventud, cuando era lugar de cita para niños y jóvenes que se bañaban en sus aguas.
Entonces no había piscinas y el Huecha o embalses como los de La Hiedra, Erla o el de Sopez compensaban una carencia, cubierta actualmente por unas excelentes instalaciones deportivas en todos los municipios y especialmente en Borja. No es preciso recurrir por lo tanto a esos lugares que, si en su momento, eran necesarios, hoy no se justifican por los riesgos de todo tipo que entrañan.
Pero
una cosa es lo que pensábamos y otra muy diferente la realidad que ha venido a
demostrarnos un lector de nuestro blog, al remitirnos esta imagen que fue
tomada el verano pasado (no recordamos si en aquellos momentos estaban cerradas
las piscinas municipales) pero que, a la vista, de ese elevado número de “bañistas”,
se le puede aplicar el popular dicho de que el estanque de Sopez estaba “como
Sanlucar en verano”.
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