Este castillo está especialmente vinculado a alguno de los miembros de este Centro, dado que allí se encuentra el Achivo General de Simancas, uno de los más importantes de España, dado que fue Felipe II quien decidió instalar en su interior el Archivo General del Reino.
Nuestro
Presidente pasó allí muchas jornadas recabando información para algunas de sus
obras más conocidas, como las que tratan sobre la Jornada de Inglaterra en 1588
o la de la Jornada de Aragón en 1591. Más recientemente D. David Cabrejas
realizó en ese archivo un curso de Paleografía.
Fueron
los almirantes de Castilla quienes lo construyeron sobre una antigua fortaleza
musulmana, pero su aspecto actual es fruto de las reformas llevadas a cabo por
Juan de Herrera y Francisco de Mora en época de Felipe II.
Entre ellas destaca la
linterna construida sobre esa torre situada a la derecha de la entrada que es
conocida como “Torre del Obispo”, pues en ella fue ejecutado el obispo de
Zamora Antonio de Acuña, uno de los líderes de la revuelta comunera. Hay que
recordar que el castillo era prisión de Estado desde el tiempo de los Reyes
Católicos.
Además de su interés arquitectónico, la importancia del castillo radica en la impresionante cantidad de fondos documentales que conserva. Sus más de 30 millones de documentos hacen de él uno de los mayores archivos de Europa.
Su
funcionamiento y método de consulta ha variado mucho desde que trabajábamos allí.
Era una época que todavía conservaba los tintes románticos del pasado, con una
pequeña sala de investigadores donde, en jornadas de mañana y tarde, se podía
investigar en cuantos legajos solicitábamos. Con especial cariño recordamos
nuestros desplazamientos desde el hotel de una cercana urbanización con el
Prof. D. José Alcalá Zamora, aunque él lo realizaba corriendo, dada su condición de
maratoniano.
No
hemos vuelto desde entonces y posiblemente no lo reconoceríamos, especialmente
desde que, en 2008, fueron definitivamente inauguradas las obras de ampliación
que supusieron una inversión de cerca de doce millones de euros, tanto para la
construcción del nuevo edificio anexo como para la rehabilitación del castillo.
Como
no las hemos visto, nos abstenemos de comentar el resultado de estas intervenciones,
aunque nos ha sorprendido el no encontrar opiniones sobre las mismas, teniendo
en cuenta que, de alguna manera, afectan muy directamente a un edificio
histórico.
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