Cincuenta años después de que fuera editada esta postal, el castillo de Bercience, en la localidad toledana del mismo nombre, continúa en el mismo estado de abandono, agravado por los actos vandálicos perpetrados en sus muros.
La
historia del castillo es curiosa, pues fue construido en el siglo XV por los
condes de Cifuentes, después de que Enrique IV cediera la posesión de la
localidad al Adelantado D. Alfonso Tenorio, cabeza de la importante familia de
los Silva.
En
el exterior de una de sus torres está representado el león, símbolo heráldico
de los Silva, en un bajorrelieve que suele ser descrito como el de mayor tamaño
de Europa.
Tras
los Silva, el castillo pasó a poder, sucesivamente, de las casas del Infantado,
de Osuna y de Pastrana. Fue el último duque de Pastrana D. Manuel Álvarez de
Toledo Lasparre Salm-Salm (1805-1886) quien, al morir sin descendencia, donó el
castillo al Papa León XIII. No hemos logrado averiguar las razones de esta
insólita decisión que convirtió al Pontífice en propietario de un castillo
español, aunque poco duró en sus manos, dado que en 1901 lo vendió a D. Cirilo
Calderón que creó, en torno al castillo, una importante explotación
agropecuaria.
El
castillo sigue en poder de la familia Calderón, aunque hemos encontrado una
noticia según la cual hace algunos años estaba en venta, junto con la finca,
por 30 millones de euros.
Del
castillo sólo quedan los muros exteriores, pues el interior está completamente
arruinado y en un estado de completo abandono. Desde hace tiempo, el
Ayuntamiento intenta encontrar alguna solución para salvarlo el monumento, del
que se han ocupado asociaciones como Hispania Nostra.
La Tribuna de Toledo también ha
denunciado la vandalización que sufre su interior, con todo tipo de pintadas que
afectan incluso al exterior de la torre del león, al pie de la cual se ve la “firma”
de un conocido grafitero, aunque puede ser imitada.
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