Todo está dispuesto para las fiestas de San Bartolomé. En los lugares acostumbrados cuelgan los cuadros pintados por Javier Serrate, dando la bienvenida, una de las antiguas costumbres recuperadas por la actual Junta de la Cofradía. La plaza del Olmo ya ha sido cubierta por los toldos que protegerán del sol a los espectadores del dance, aunque aún no había sido instalado ayer el tablado en el que también tendrá lugar el concurso de disfraces infantiles.
No pudimos acompañar a los esforzados
voluntarios que el pasado sábado decoraron sobriamente la fachada de la iglesia
de San Bartolomé, con el cuadro del Santo, dos guirnaldas y los paños granate
sobre las pilastras. Lo que aparece delante no es otra guirnalda, sino el cable
del alumbrado que, de esa forma, se suma al ornato de la plaza.
También pudimos ver otra “guirnalda”.
En este caso la del cable que, de manera sorprendente, sale del interior del
Museo “Baltasar González” para iluminar el creativo espacio situado en sus proximidades
y que, ahora, al haberse soltado de sus soportes, discurre por el suelo de la
calle de San Bartolomé.
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