Aunque la tarde no acompañaba demasiado, fueron bastantes las personas que se reunieron en la ermita del Sepulcro para, con el canto de la Salve Galana, poner fin a las celebraciones de la Semana Santa borjana. Entre ellas se encontraba Enrique Lacleta, autor de las fotografías que reproducimos.
Hubo quienes
llegaron andando hasta la ermita, aunque la mayoría lo hicieron en coche, pero
no pudieron aparcar en el entorno de la ermita, porque la Policía Local impedía
el acceso en esta ocasión.
Desde el Museo
de la Colegiata había sido trasladada la imagen de la Virgen, que fue colocada
en su emplazamiento original, tras la reproducción del Cristo yacente. Ya no
estaba en la ermita la gran cristalera que cerraba la hornacina y tampoco los
bancos laterales. La mesa del altar había sido adornada con flores silvestres.
Presidió la
ceremonia el párroco D. José Miguel Pallás Aragón, pudiendo seguirla los fieles
que llenaban la ermita con el díptico que fue distribuido, terminando con el
canto de la Salve, en su versión popular.
Antes de regresar,
pudieron pasar a venerar las imágenes situadas en el camarín, a través de las
puertas que, al igual que las ventanas del piso superior, están decoradas con
vinilos, reproduciendo las pinturas que también fueron trasladadas, en su
momento, al Museo de la Colegiata.
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