Había gran expectación ante el estreno mundial, en el monasterio de Veruela, del poema sinfónico “Monasterios de Aragón”, del gran compositor de Ainzón José Antonio Bellido Alcega que, además, iba a dirigir a la Banda de Música de la Sierra de Algairén, encargada de su interpretación.
No es de extrañar, por lo tanto, que en la iglesia del monasterio se dieran cita un elevado número de personas, que llenaron por completo todos los asientos disponibles, disfrutando muchísimo de este memorable concierto.
Lo presentó la
periodista borjana María Ángeles Martínez Gómez, a la que no pudimos escuchar correctamente,
ya que los altavoces estaban enfocados hacia la nave central y nosotros estábamos
en el crucero, donde la voz llegaba completamente distorsionada.
Tras sus
palabras, hizo su entrada la Banda de Música de la sierra de Algairén, una
formación creada en 2014, integrada por un elevado número de músicos, procedentes
de diversas bandas de esa zona, que sorprendieron por su número y porque tocan
admirablemente, como si se tratara de una orquesta sinfónica.
Entre grandes
aplausos subió al podio el protagonista de la tarde, el maestro José Antonio
Bellido Alcega, titulado superior en Dirección de Orquesta por el Conservatorio
Superior de Música de Aragón, que es autor de más de 60 composiciones, con las
que ha obtenido éxitos resonantes, a los que vino a sumarse el de esta tarde.
El concierto
dio comienzo con la interpretación de “A medieval suite”, de André Waignein (1942-2015),
con la que cosechó la primera ovación, antes de que comenzaran a sonar los
primeros compases de la esperada obra “Monasterios de Aragón”, precedida por
unos textos de Belén Gimeno.
Estructurada en
torno a las horas canónicas (Maitines, Laudes, Vísperas y Completas) teniendo
como escenario a los monasterios de San Juan de la Peña, Veruela, Piedra y San
Pedro el Viejo de Huesca, la obra cautiva al público desde el primer momento.
Expertos
musicales sabrán analizarla mejor que nosotros, pero podemos destacar que
estamos ante un magnífico ejemplo de composición descriptiva y efectista, en la
que pudimos escuchar desde el sonido de las campanas, al rumor del agua o el
canto de los pájaros, en ese apasionante recorrido por los antiguos monasterios
aragoneses.
Por otra parte,
el protagonismo que tiene la percusión y el metal en su interpretación, le
dotan de un especial atractivo que, en algunos momentos, recordaban las obras
de los grandes compositores o las bandas sonoras de algunas películas
históricas.
No es de extrañar,
por lo tanto, la ovación que le dispensó el público, al igual que lo hizo tras
la interpretación de la selección de “Carmina Burana”, de Carl Orff, o de “La
Ruta del Cid, de David Rivas, con la que cerró el concierto.
Tanto José
Antonio Bellido, como María Ángeles Martínez y Belén Gimeno recibieron unos
ramos de flores que el maestro Bellido entregó a sus padres, que habían seguido
el concierto desde la primera fila.
Estamos seguros
que la obra que tuvimos la fortuna de escuchar va a tener un largo recorrido y
esperamos que pueda ser interpretada por esa excelente banda de la sierra de
Alcairén, en cada uno de los monasterios a los que va dedicada. Nuestra felicitación
a José Antonio, un compositor llamado a formar parte de la historia musical de
nuestra comarca, y a todos los intérpretes, algunos muy jóvenes, que dieron
testimonio de su gran calidad y formación.
Las fotografías
que reproducimos fueron realizadas por Jorge Andía, con las dificultades propias
del lugar y la iluminación.
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