El 12 de abril de 1674 fue bautizado en la parroquia de San Bartolomé de Borja D. Juan Miguel Amad Pérez quien, tras cursar la carrera eclesiástica, fue nombrado canónigo de la colegiata de Santa María.
Obtuvo después
una plaza de canónigo en la catedral de Valencia, ciudad en la que falleció en
1760, dejando todos sus bienes a la ciudad de Borja para ayudar al
mantenimiento del hospital y fundar un colegio de Escolapios.
Se trataba de un generoso
legado integrado por varias fincas en Valencia, una suma de dinero próxima a
los 70.000 reales y 300 onzas de plata en alhajas. Lamentablemente, los bienes
inmuebles fueron enajenados por la Hacienda pública y quedaron reducidos a una
escasa cantidad. Además, la voluntad del ilustre borjano chocó con todo tipo de
inconvenientes.
No se pudo fundar el
colegio, ya que el Supremo Consejo de Castilla quería crear una Casa de
Misericordia para acoger a niños huérfanos. Tras muchas dificultades, al final
se pudo crear una escuela para niños en el propio domicilio del canónigo que
estaba situado junto al arco de la Carrera. Ya entrado el siglo XIX, fue creada
con el producto del legado una escuela para niñas que fue el único resultado
tangible de la generosidad del canónigo Amad.
En 1906, siendo Alcalde
D. Feliciano Rivas Foncillas, se quiso recordar su memoria dando su nombre a la
calle que, hasta ese momento, se llamaba “Baja de Santo Domingo”.
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