Para
la conservación de caudales o documentos de importancia existían, en el pasado,
unas arcas dotadas de tres cerraduras cuyas llaves custodiaban personas
diferentes, de manera que, para abrirlas, era preciso que se reuniesen todos,
garantizando de esta forma la seguridad de los fondos conservados.
Su
denominación habitual era el de “arca de tres llaves” y han sido objeto de
atención por parte de diversos investigadores, existiendo opiniones
discrepantes sobre el origen de las mismas, pues mientras que unos consideran
que estaban destinadas a la custodia de caudales, es evidente que existen muchos
ejemplos de su empleo para la conservación de documentos.
Este
era el caso de la existente en el archivo de la antigua colegiata de Santa
María de Borja, cuya imagen reproducimos y, aunque es de factura muy sencilla,
reviste indudable interés, ya que es la única que se conserva en nuestra
ciudad, pues han desaparecido las que había en la Casa Consistorial.
Recientemente,
desde la Diputación Provincial se puso en marcha un trabajo para conocer las
que se conservaban en los distintos municipios de la provincia, al que ahora
aportamos esta noticia.
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