El
cardenal D. Vicente Casanova y Marzol (1854-1930) fue uno de los personajes más
destacados de la historia contemporánea de Borja, donde había nacido el 16 de
abril de 1854. Al ser nombrado obispo de Almería en 1907, la corporación
municipal tomó el acuerdo de dar su nombre a la plaza en la que se alzaba la
casa familiar. Cuando, en 1925, fue creado cardenal por el papa Pío XI se le
concedió el título de “Hijo Predilecto de la ciudad”.
Sin
embargo, en 1992 el nombre del cardenal desapareció del callejero borjano, al
ser retirado de la plaza que le había sido dedicada, la cual retomó la antigua
denominación de “plaza del Olmo”. Unos años más tarde, el lienzo encargado por
el M. I. Ayuntamiento al ilustre pintor D. Baltasar González fue también
eliminado del despacho de la Alcaldía, donde había estado desde 1925.
Afortunadamente, retornó algún tiempo después y, por otra parte, en el Museo de
la Colegiata se conserva otro lienzo que el mismo artista realizó para la
parroquia de San Bartolomé, junto con las armas que había mandado colocar en la
fachada que el cardenal construyó para pasar sus vacaciones veraniegas y que
fue derribada no hace mucho tiempo.
Son
recuerdos importantes a los que viene a sumarse ahora el busto en bronce que,
por encargo de la familia del cardenal, acaba de ser fundido. El propósito
inicial era instalarlo en un espacio abierto, que ya había sido elegido,
dotando a nuestra ciudad de un monumento de estas características del que, por
el momento, carecía. Desde que el encargo fue realizado, hasta su terminación,
las circunstancias han experimentado un cambio significativo y, por este
motivo, así como para garantizar su seguridad se ubicará, provisionalmente, en
un lugar protegido.
El
busto, de tamaño un poco superior al natural, es obra del escultor D. Carlos
Arrabal que ya ha trabajado en Borja, ya que es el autor de la restauración de
la celosía aparecida en el claustro de Santa María, de la maqueta de la antigua
iglesia de San Miguel, que se expone en el Museo Arqueológico, y de la
reproducción de la Virgen del Coro que puede adquirirse en el Museo de Santa
Clara. Realizado en bronce campana y con un peso de unos 83 kilos, reproduce
con bastante fidelidad el rostro del cardenal, sobre cuyo pecho aparece la cruz
que, junto al anillo episcopal, le fue regalado por sus paisanos al ser
promovido a la sede metropolitana de Granada que, a su fallecimiento, fueron
legados a la Virgen de la Peana, junto con el báculo costeado por el cabildo de
párrocos de la capital de España al ser consagrado obispo de Almería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario