sábado, 10 de mayo de 2014

Ayer llegó a Borja el busto en bronce del cardenal Casanova


            El cardenal D. Vicente Casanova y Marzol (1854-1930) fue uno de los personajes más destacados de la historia contemporánea de Borja, donde había nacido el 16 de abril de 1854. Al ser nombrado obispo de Almería en 1907, la corporación municipal tomó el acuerdo de dar su nombre a la plaza en la que se alzaba la casa familiar. Cuando, en 1925, fue creado cardenal por el papa Pío XI se le concedió el título de “Hijo Predilecto de la ciudad”.





            Sin embargo, en 1992 el nombre del cardenal desapareció del callejero borjano, al ser retirado de la plaza que le había sido dedicada, la cual retomó la antigua denominación de “plaza del Olmo”. Unos años más tarde, el lienzo encargado por el M. I. Ayuntamiento al ilustre pintor D. Baltasar González fue también eliminado del despacho de la Alcaldía, donde había estado desde 1925. Afortunadamente, retornó algún tiempo después y, por otra parte, en el Museo de la Colegiata se conserva otro lienzo que el mismo artista realizó para la parroquia de San Bartolomé, junto con las armas que había mandado colocar en la fachada que el cardenal construyó para pasar sus vacaciones veraniegas y que fue derribada no hace mucho tiempo.




            Son recuerdos importantes a los que viene a sumarse ahora el busto en bronce que, por encargo de la familia del cardenal, acaba de ser fundido. El propósito inicial era instalarlo en un espacio abierto, que ya había sido elegido, dotando a nuestra ciudad de un monumento de estas características del que, por el momento, carecía. Desde que el encargo fue realizado, hasta su terminación, las circunstancias han experimentado un cambio significativo y, por este motivo, así como para garantizar su seguridad se ubicará, provisionalmente, en un lugar protegido.



            El busto, de tamaño un poco superior al natural, es obra del escultor D. Carlos Arrabal que ya ha trabajado en Borja, ya que es el autor de la restauración de la celosía aparecida en el claustro de Santa María, de la maqueta de la antigua iglesia de San Miguel, que se expone en el Museo Arqueológico, y de la reproducción de la Virgen del Coro que puede adquirirse en el Museo de Santa Clara. Realizado en bronce campana y con un peso de unos 83 kilos, reproduce con bastante fidelidad el rostro del cardenal, sobre cuyo pecho aparece la cruz que, junto al anillo episcopal, le fue regalado por sus paisanos al ser promovido a la sede metropolitana de Granada que, a su fallecimiento, fueron legados a la Virgen de la Peana, junto con el báculo costeado por el cabildo de párrocos de la capital de España al ser consagrado obispo de Almería.

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