Como
ya hemos comentado en anteriores ocasiones, el Rosario de Cristal constituye
uno de los actos más relevantes de las Fiestas Patronales que Borja celebra, en
honor de la Virgen de la Peana, el primer domingo de mayo. No disponíamos,
hasta este momento, de imágenes del mismo, pero Enrique Lacleta nos ha hecho
llegar una serie de fotografías de gran interés, de las que incluimos una
selección como testimonio del mismo y por el hecho de ofrecer aspectos menos
conocidos.
En
las fotografías superiores aparece el trono de la Virgen, dispuesto para salir
a recorrer las calles de nuestra ciudad, al término de la Novena y Gozos. Tras
él, podían verse muchas de las canastillas que habían sido depositadas durante
la Ofrenda de Flores que tuvo lugar a las once de la mañana.
En
el claustro estaban dispuestos los grandes faroles que participan en la
procesión. Entre ellos, los de la Cruz que lo precede, el de Santo Domingo de
Guzmán, y los cinco misterios gloriosos. Pero, también, otros como el de la Salve
Regina, el primitivo farol de la Virgen y el que fue donado por el M. I.
Ayuntamiento de Borja cuando se creó el Rosario.
En
el ala ya restaurada del claustro se encontraban los faroles individuales,
correspondientes a los Padrenuestros, Avemarías y Glorias de cada misterio, así
como los de la Letanía, junto con los estandartes y banderas de las cofradías y
asociaciones religiosas.
Muchas
personas acompañaron a la Virgen en su largo recorrido por nuestras calles, un
buen número de ellas vistiendo el traje regional. Aunque se trata de un acto
declarado de Interés Turístico Regional, tiene un profundo sentido religioso y,
merced a los altavoces instalados en lugares estratégicos, los asistentes
pueden seguir el rezo del Santo Rosario y los cantos correspondientes.
Pero,
sin duda, el momento más emocionante es el de su retorno a la antigua colegiata
de Santa María, ya avanzada la noche. Entre los faroles individuales,
dispuestos a ambos lados de la plaza, van pasando los de mayor tamaño.
También
los niños que acaban de hacer la Primera Comunión este año, así como banderas y
estandartes, entre los que ocupan un lugar preferente los de las Hermandades de
Barcelona y Zaragoza.
Finalmente,
hace su entrada en el templo la imagen de la Virgen, entre vítores y grandes
ovaciones que se recrudecen durante su recorrido por la nave, hasta ser situada
en el presbiterio.
En
estas fotografías puede apreciarse la gran multitud de personas que se dieron
cita en el interior de Santa María para recibir a nuestra Patrona. Al frente de
ellas, se encontraba la corporación municipal en pleno y numerosos sacerdotes,
junto con el obispo de la diócesis que pronunció la alocución final.
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