domingo, 11 de mayo de 2014

Sobre iconografía del Concilio de Trento en una obra reciente


            Coordinada por la Dra. Dª Rebeca Carretero Calvo, el Centro de Estudios Turiasonenses acaba de publicar, bajo el título de La Contrarreforma en la Diócesis de Tarazona, una serie de estudios en torno a la figura del obispo de Tarazona Fray Diego de Yepes (1529-1613). 



            Fray Diego, que había tomado el hábito de la orden de los jerónimos en 1550, llegó a ser confesor de Felipe II, prestándole asistencia espiritual en sus últimos momentos. En reconocimiento a esta labor, Felipe III lo presentó como sucesor de D. Pedro Cerbuna para la sede episcopal de Tarazona, donde desarrolló una intensa actividad para poner en marcha las reformas dictadas por el Concilio de Trento.
            De ahí que, entre las ilustraciones de la obra que comentamos, se incluyan algunas imágenes relativas a dicho concilio, entre ellas el lienzo arriba reproducido que se conserva en el Museo de la Colegiata de Borja, datado hacia 1700 y atribuido a Juan Zabalo Navarro, un pintor del que han quedado muchos testimonios de su trabajo en nuestra ciudad, como el lienzo de San Vicente Ferrer,  también conservado en el mismo museo, el lienzo de San Francisco y Santo Domingo que se encuentra en la iglesia del convento de Santa Clara, los del retablo de la Virgen de la Peana en su capilla titular y los del retablo de la iglesia del antiguo convento de dominicos, actualmente Auditorio Municipal.




            Con frecuencia se suele afirmar que la iconografía de Trento es escasa, de ahí el interés de la obra citada. Sin embargo, hay otras obras relacionadas con el mismo. En el mismo libro se inserta esta imagen de la realizada por Pasquale Cati, en 1588, y que puede verse en la iglesia de Santa María del Trastévere de Roma.



            De la sesión del concilio en la basílica de Santa María la Mayor de Trento existen diversas versiones que, con ligeras variantes, responden a un mismo modelo iconográfico.



            Pintores tan destacados como Sebastiano Ricci, también se ocuparon de este tema, aunque desde diferente perspectiva, como la visión del Papa Paulo III que fue quien lo convocó.



            Más conocida es la obra de Tiziano que fue objeto de diversas copias, entre ellas esta atribuida a Paolo Farinatis (1563), presentes en varios museos. 




            En el Museo Diocesano de Trento se guardan estos dos lienzos atribuidos a Nicolò Dorigatti, y datados en 1711, en los que se representan la sesión inaugural del concilio y la de su solemne clausura.



            No son las únicas conservadas en ese museo sobre este motivo, ya que también podemos admirar este lienzo del siglo XVII, de autor desconocido.



Los debates del concilio fueron representados en este fresco del magnífico palacio Farnesio de Caprarola, edificado por el cardenal Alejandro Farnesio el joven que fue el nepote del papa Paulo III.  



Dentro de España, una de las imágenes más conocidas en la que aparece en un de los testeros del Aula General de Teología Real del antiguo Colegio del Espíritu Santo, hoy Universidad Pontificia de Salamanca. Corresponde al momento en el que el P. Laínez S. J. se dirige a los padres conciliares, en el transcurso de la Sesión V del concilio.
Podríamos incluir otras muchas obras que vienen a poner de manifiesto la atención dispensada por los artistas a este gran acontecimiento eclesial, aunque su presencia en España es mucho menor, lo que concede especial interés a la obra del Museo de la Colegiata de Borja, la cual procede del antiguo convento de dominicos y ofrece curiosas particularidades, como los repintes a las que fueron sometidos todos los rostros de los padres conciliares.

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