Con
ocasión de la reciente Feria de Oficios Perdidos que se celebró en Lituénigo,
tuvimos la oportunidad de visitar el Museo del Labrador que nos causó una
impresión muy grata, por lo que queremos darlo a conocer a nuestros lectores.
Se
trata de un museo etnológico que está instalado en el edificio de las antiguas
escuelas, restaurado por el Ayuntamiento de esa localidad, para acoger la
colección reunida por D. Jesús Hernández. A lo largo de sus tres plantas se distribuyen
sus piezas, agrupadas por áreas temáticas, constituyendo un conjunto de
singular interés.
En
el vestíbulo, un gran panel cerámico tiene como motivo una de las principales
tradiciones del municipio, el pesaje de los niños que, en nuestra zona, también
se realiza en Albeta.
Aunque
existen paneles explicativos en las distintas zonas, el museo cuenta con una
serie de pantallas que ofrecen reportajes de gran calidad y asimismo dispone de
un servicio de Audioguías que se pueden alquilar en la recepción.
La
primera planta está dedicada al trabajo en el campo. Allí puede verse la
evolución del arado o de los trillos; medios de transporte; instrumentos para
la siega y para otras labores agrícolas. Son piezas de calidad, dispuestas
cuidadosamente y sin esa sensación de acúmulo que a veces producen este tipo de
museos.
La
segunda planta tiene dos áreas claramente definidas. Por una parte, la dedicada
a mostrar los diferentes oficios, como los relacionados con la industria del
lino y el cáñamo; la utilización de la lana; la artesanía de la madera o la del
hierro.
No
faltan referencias a la ganadería o la caza con algunos elementos tan
llamativos como el gigantesco cepo que aparece en la fotografía superior.
La
otra zona está dedicada a la casa, con la reproducción de una cocina y todos
sus instrumentos, así como un dormitorio, pulcramente presentado.
Aunque,
a través de un breve reportaje, es imposible dejar constancia de todos sus
contenidos, estamos seguros de que las imágenes que ofrecemos despertarán en
nuestros lectores el deseo de conocerlo personalmente, algo que merece la pena.
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