Como
habíamos anunciado, ayer tuvo lugar en Zaragoza la presentación de la
recreación histórica que el próximo 26 de agosto tendrá lugar en Borja, con
ocasión del “Año Coloma”, recordando la visita que, en 1492, efectuaron a
nuestra ciudad los reyes Isabel y Fernando que, en aquellos momentos aún no
habían recibido el título de “Reyes Católicos”, que le fue otorgado por el Papa
Alejandro VI en 1496.
La
presentación tuvo lugar en el marco del “Mercado medieval de las tres culturas
de Zaragoza” que se ha venido celebrando estos días y al que habíamos sido
expresamente invitados. El desplazamiento a la capital aragonesa constituía
todo un reto, dado que nuestra recreación está todavía en fase de preparación,
a pesar de lo cual constituyó todo un éxito que hay que atribuir el Concejal
Delegado de Cultura D. Carlos García Viñal; al Director de la recreación D.
Benito de Ramón; y, por supuesto, a todos los voluntarios que, bajo un sol de
justicia, interpretaron con gran dignidad los papeles que les fueron asignados.
No debemos olvidar a la empresa responsable del vestuario que, en un tiempo muy
reducido, facilitó los trajes necesarios y que, con los lógicos anacronismos en
algunos casos, cumplieron perfectamente su cometido.
El
viaje ha sido, por lo tanto, un perfecto ensayo preparatorio de los actos que
tendrán lugar en Borja, con la participación de muchas más personas, y que a la
vista lo que pudimos comprobar ayer, estamos seguros de que va a constituir un
acontecimiento memorable.
La
comitiva partió del puente de Piedra para llegar a la plaza del Pilar,
encabezada por un grupo de músicos, proporcionados por la organización y que,
por cierto, tocaban muy bien. Seguía el abanderado con la señal real de Aragón,
que hubo que improvisar, y que será reemplazada por las armas de los dos reyes.
Venía a continuación una representación de timbales de la cofradía de San Juan
que asumieron perfectamente su cometido y hay que destacarlo.
Un
personaje importante en la representación prevista es el de relator, dado que
será el encargado de explicar a los asistentes el significado de las escenas
que se representarán en Borja y que ayer actuó como pregonero. Venían después
los reyes, el infante D. Juan y las infantas; estas últimas preciosas. No vamos
a indicar los nombres de quienes representaron a cada uno de los personajes,
pues lo importante es el papel que representaban y, por otra parte, las
identificarán inmediatamente nuestros lectores. No obstante, si algún productor
estuviera interesado en contratar a alguno de ellos para una serie histórica,
los pondríamos en contacto inmediatamente.
Desfilaron,
a continuación, los nobles que integraban el séquito real a su llegada a Borja,
los duques de Nájera y Medinaceli y el conde de Castro; les seguía Juan de
Coloma, un tanto alejado de su esposa, y el valiente Pedro Lázaro que salvó la
vida del rey Fernando en Barcelona. Después iba la representación del concejo
borjano, portando las bandas rojas que les concedió el monarca. Cerraba la
comitiva los frailes franciscanos de Borja y un significativo número de
personas, en representación de todos los borjanos.
En
diferentes puntos y tras un redoble de tambor, fue leído el pregón en el que se
convocaba a los zaragozanos a acudir a Borja en tan señalado día de la visita
de nuestros reyes. También, los músicos interpretaron diversas composiciones a
lo largo del recorrido.
La
comitiva se adentró por las bonitas calles del entorno de la Seo, completamente
abarrotadas de gente que, en ocasiones, dificultaba el tránsito. Fue
especialmente bonito el paso por el arco del Deán.
Desde
allí se accedió a la plaza de San Bruno, donde se había instalado un estrado,
desde el que poder representar una pequeña muestra de los contenidos de la
recreación.
Los
que iban a intervenir subieran al mismo, mientras que el resto de participantes
se dispuso al pie del tablado, dando vista al público.
Tras
la lectura del pregón, convocando a los zaragozanos para recibir a los monarcas
en Borja, el Justicia de la ciudad hizo entrega al rey de la vara de mando (en
este caso la auténtica) y después intervinieron Juan de Coloma y Pedro Lázaro.
Numerosas
personas asistieron a esta interpretación, especialmente vistosa por el marco
en el que se desarrolló con el cimborrio de la Seo al fondo y la torre, aunque
estuviera envuelta en lonas, con motivo de su restauración.
Aunque
nos hubiera gustado mostrar imágenes de todos y cada uno de los participantes,
la extensión del artículo nos lo impide. No obstante, para que otras personas
se animen a participar en agosto, les ofrecemos algunos ejemplos como el de los
angelicales frailes franciscanos (alguno no pudo estar presente, dado que haciendo oración por la noche quedó en éxtasis), o los fieros soldados que, desde luego,
parecen curtidos en mil batallas.
Magnífica
estampa la de este Jurado o la de los representantes de la aljama de moros, que
también recibieron a los reyes (no pudo hacerlo la de judíos, pues acababa de
ser expulsada). Y con ellos caballeros, damas, representantes de la ciudad en
suma.
Terminamos
con la imagen de la reina, muy en su papel, así como con la del rey y los
infantes, tras los cuales aparece el Director de la representación, al que
felicitamos por haber logrado poner en marcha esta actuación, así como a todos
los que desafiando el calor, participaron en ella.
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