Por acuerdo de 8 de
octubre de 1603 el consejo de Borja
cedió los fondos necesarios para que se iniciara la construcción del convento
de Santa Clara, en unos terrenos situados junto a la ermita de San Sebastián.
Las religiosas que, al no disponer de edificio propio se habían alojado en las casas
de D. Juan de Lajusticia, no podían permanecer en esa situación por más tiempo,
por lo que se constituyó una comisión con el fin de levantar el convento de
nueva planta.
Tras
someter a Borja a un intenso bombardeo, del que han quedado huellas en la torre
del reloj de Santa María, las tropas austracistas asaltaron la ciudad el 8 de
octubre de 1706, ocasionando numerosos muertos y sometiéndola al pillaje del
que no se libraron ni los edificios religiosos.
El 8
de octubre de 1741, nació en Cádiz D.
José Cadalso y Vázquez. Al morir su madre siendo muy pequeño, quedó bajo la
tutela de un tío suyo que era jesuita. Gozó de una esmerada educación, iniciada
en el colegio de la Compañía de Jesús y, posteriormente, en Francia e
Inglaterra, para terminarla en el Real Seminario de Nobles de Madrid. Viajó
después por toda Europa durante dos años, logrando un gran dominio del francés, inglés, italiano y portugués, lo
que unido a sus amplios conocimientos de lenguas clásicas le convirtieron en un
hombre dotado de amplísima cultura.
A una
edad ya avanzada, para lo que era habitual en la época, pues estaba a punto de
cumplir 22 años, inició la carrera militar en el Regimiento de Caballería
Borbón, tomando parte en varias campañas como la guerra contra Portugal, la
jornada de Argel y el sitio de Gibraltar, donde murió el 26 de febrero de 1782,
a los 40 años.
Pero
Cadalso es recordado, ante todo, por las obras que escribió y por el sentido
crítico que impregnó toda su producción literaria, desde sus Cartas marruecas a Los eruditos a la violeta, pasando por sus diatribas contra sus
compañeros de profesión en Los militares
a la violeta.
Su
presencia fue habitual en todas las tertulias de la alta sociedad, donde no
dejó de escandalizar con algunas de sus actuaciones, como su romance con la
famosa actriz María Ignacia Ibáñez que murió en sus brazos y, al no poder
soportar su pérdida, se contaba que había ido al cementerio para desenterrar el
cadáver y llevarlo a casa, lo que provocó el lógico espanto en toda España.
Anteriormente,
en 1768, se vio envuelto en otro incidente con motivo de la publicación de un
impreso satírico en el que hacía alusión a varias damas de la nobleza con las
que, al parecer, había mantenido relaciones. Por causa de ello, fue desterrado
de la Corte durante seis meses y se estableció en nuestra comarca. Según el
Prof. Calvo Carilla fue en Borja donde escribió su libro de poemas Ocios de mi juventud, por cuyas páginas
desfilan los duendes del Moncayo y las ninfas del Ebro. Probablemente aquí escribió
también su carta “desde una aldea de Aragón” en la que se quejaba del
alejamiento al que se veía sometido.
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