El 15 de noviembre de
1584 nació en Barcelona D. Gaspar Galcerán
Castro de Aragón y Pinós. Era hijo de D. Felipe de Castro Pinós, X vizconde
de Evol y de Dª. Ana de Aragón y Borja, hija del IV duque de Villahermosa,
primos hermanos por ser D. Felipe hijo de una hermana del duque.
Los Castro-Pinós fueron
una de las familias más distinguidas del reino y entre sus muchos títulos
utilizaban el de vizcondes de Evol que había sido concedido por Jaime III de
Mallorca, en 1335, a Bernat IV de So y pasó en 1428 a esta familia, cuyos
orígenes se remontan al matrimonio de Dª. Aldonza de Castro con D. Bernardo
Galcerán de Pinós.
En la persona de D.
Gaspar Galcerán de Castro, de Aragón y Pinós recayeron, a la muerte de su
padre, los títulos de XI vizconde de Evol, de Alquel, de Foradat, de Illa,
Canet y Ausbell, así como las baronías de Fréscano, Fraella, Vicién y Albero
entre otros. Además, en 1699 fue creado conde de Guimerá.
Fue un personaje que
destacó por su erudición, siendo autor de numerosos trabajos de investigación,
la mayoría de los cuales quedaron inéditos. Dispuso de una rica biblioteca y un
gabinete de curiosidades en el que destacaban su colección de medallas e
inscripciones que transcribió en una de sus obras.
Disfrutaba de los
veranos en el magnífico palacio que su familia poseía en Fréscano en el que, en
1523, se celebraron los esponsales entre el padre de San Francisco de Borja y
Dª. Francisca de Castro Pinós, tía abuela de D. Gaspar.
Allí creó en el verano
de 1608 una academia con el nombre de “Pítima contra la Ociosidad” de la que
llegó a redactar sus estatutos, ocupando su presidencia con el nombre de “promovedor”.
Con el otoño, la academia se trasladó a Zaragoza, para languidecer muy pronto aunque
en la Biblioteca Nacional se conserva un manuscrito con el recuerdo de sus
actividades.
Contrajo matrimonio con
Dª. Isabel Inés de Eril, hija del primer conde de Eril y a su fallecimiento
volvió a casarse con Dª. Cecilia Semanat. No tuvo hijos con ninguna de sus dos
esposas, legando sus estados a Dª. Francisca de Pinós y Fenollet, viuda del
duque de Híjar y conde de Belchite, pasando después a la casa de Villahermosa.
Falleció en Zaragoza el 15 de julio de 1638, siendo enterrado en el Real Convento
de Predicadores.
El 15
de noviembre de 1710 falleció en Barcelona fray
José Linás y Aznar, arzobispo de Tarragona. Aunque la mayoría de los
autores señalan que nació en Broto (Huesca) hacia 1634, lo incluimos aquí
porque el historiador de Mallén D. Francisco Javier Córdoba afirma que era
natural de esta población y utiliza como primer apellido “Linás”, en lugar del “Llinás”
con la que habitualmente se le denomina. El hecho de que Francisco Javier
Córdoba fuera Cura Ecónomo de Mallén cuando escribió su obra no deja de ser
significativo, al igual que con el nombre de “Linas” aparezca en una obra
editada en Zaragoza en 1695 que lleva por título Torneo poético en loor del ilustrísimo… Fray Iosef de Linas, Arzobispo
de Tarragona… celebrado en dicha ciudad.
Que
tuvo relación con Mallén es indudable, dado que hemos encontrado el dato de que
su hermana Petronila contrajo matrimonio en esta localidad, el 15 de abril de
1656, con el pintor mallenero Bartolomé Velázquez y Madezuelo. En Mallén
residió toda su vida y tuvieron un hijo que también fue promovido al orden
episcopal, como arzobispo de Orestán, muriendo antes de ser consagrado.
José y
Petronila eran hijo de D. Lorenzo Linas, perteneciente a una antigua familia
infanzona de Broto, y de María Aznar que, probablemente, era natural de Mallén.
El 28
de junio de 1650 ingresó en la Orden de la Merced, profesando el 4 de octubre
de 1651 en el convento zaragozano de San Lázaro. Su brillante inteligencia le
hizo desempeñar importantes cometidos dentro de su orden, de la que fue Maestro
y Comendador de Tarazona y Zaragoza; Provincial de Aragón; Vicario General en Italia y
Procurador General en Roma, hasta que en 1686 fue elegido General de toda la Orden.
Al término de su mandato volvió a Zaragoza, desempeñando el humilde cometido de
enfermero mayor del convento de San Lázaro. Allí le sorprendió su nombramiento,
en 1694, para la sede metropolitana de Tarragona, siendo consagrado obispo en
el monasterio de Escarpe, en 1695.
Fue un
destacado orador sagrado y autor de varias obras entre las que destacan algunas
cartas pastorales. Tras su fallecimiento, sus restos fueron sepultados en el
convento de Zaragoza, al que tuvo siempre un especial cariño, donando
importantes sumas de dinero para su rehabilitación.
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