Los
impresos relacionados con establecimientos comerciales y antiguas industrias
radicadas en localidades de la comarca vienen siendo objeto de nuestra
atención, dado el interés que tiene como testimonio de la actividad comercial
en la misma, a lo largo de los últimos siglos.
Hemos
conseguido recientemente algunos ejemplos curiosos, como este cromo que
acompañaba a los productos de Chocolates
Magallón, una empresa radicada en esa localidad, de la que era propietario
Francisco Zaro y que estaba en funcionamiento al menos en 1928, dato obtenido a
través de una factura emitida ese año.
La
costumbre de introducir cromos en las tabletas de chocolate se mantuvo mucho
tiempo. Algunas de las colecciones de nuestra infancia se iniciaban con esos
cromos. En el caso que nos ocupa se trata de un “rompe cabezas” en el que había
que adivinar la ubicación de los patos a los que hacía referencia el hombre,
disimulados entre los trazos del dibujo.
Esta
tarjeta corresponde al Taller de Zapatería
de Ramón Martín, situada en la calle Mayor, esquina con la de Carretero, un
local ahora abandonado frente al Hogar del Jubilado. Ramón Martín era el padre
de D. Jesús Martín Martínez, el recordado “barón de Jausarás”, seudónimo con el
que firmaba sus escritos. Nos la ha facilitado su nieta quien nos ha prometido
enviarnos una fotografía, al mismo tiempo que nos contó algunas anécdotas de su
vida, como el haber proscrito para siempre de su alimentación las cebollas,
dado que durante su permanencia en Cuba, durante la guerra, tuvo que
alimentarse exclusivamente de las que se guardaban en el buque en el que permaneció
confinado, al menos eso era lo que contaba. Lo cierto es que, al regresar a la
península, les había tomado tal aversión que no volvió a probarlas en toda su
vida.
También
hemos conseguido esta antigua factual del Comercio
de Ultramarinos, Paquetería y Quincalla de Lorenza Milagro, de Mallén. Procede
del archivo de la familia Pérez Petinto, lamentablemente desperdigado. Aunque
no se hace constar la fecha, debe corresponder al siglo XIX o los primeros años
del XX, dado que, en un artículo de Luis Serrano Pardo, publicado en el nº 10
de la revista La Huecha, se citaba a
los establecimientos existentes en Mallén, en 1913, entre ellos el de
comestibles de “Hijos de Lorenza Milagro” lo que significa que ya había
fallecido ese año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario