lunes, 20 de mayo de 2019

Sobre la curiosa ubicación de las iglesias borjanas


         En 2014, el Dr. D. Isidro Aguilera Aragón publicó en el número LVIII de la revista Cuadernos de Estudios Borjanos un estudio sobre este capitel visigótico que actualmente puede admirarse en el Museo Arqueológico de Borja. En el trabajo analizaba las características del mismo y su adscripción cronológica y cultural.




         Esta pieza había sido encontrada en 1990, cuando se realizaban obras de consolidación en la capilla de la Virgen del Pilar de la iglesia parroquial de San Bartolomé, siendo conservado en un huerto privado hasta su redescubrimiento en 2013, cuando fue donado al museo por D. Serafín Lacleta López.
         En su artículo, el Dr. Aguilera destacaba la importancia del hallazgo que, por tratarse de un capitel labrado en sus cuatro caras hay que relacionar con un edificio de tres naves que pudo corresponder a una basílica de tipo romano-cristiano, aunque también pudo pertenecer a una construcción áulica de época visigoda.

         En cualquier caso, ante la falta de excavaciones arqueológicas que proporcionen mayor información nada sabemos de su procedencia pues aunque encontrado en la iglesia citada pudo ser llevado allí desde otro lugar, sin descartar que el supuesto templo visigodo se encontrara también allí.



         Pero, el Dr. Aguilera Aragón apuntaba otra hipótesis de gran interés. Dado que Borja no era sede episcopal, la construcción de un templo de esas magnitudes también podía estar relacionada con la existencia de un cenobio, lo que gozaba de gran tradición en el mundo hispano visigodo.
         Esa posible interpretación monástica la relacionaba con las enigmáticas noticias que algunos historiadores árabes dan sobre Borja a la que, época omeya”, califican como al-dayr, palabra utilizada para designar a un monasterio, generalmente cristiano.
         En el plano que incluía en su artículo señalaba con un punto rojo el lugar del hallazgo, dentro del perímetro que, en su opinión, delimitaba el casco urbano de la antigua ciudad de Bursao, aunque en época musulmana era más reducido.

         En el mismo plano, hemos señalado con puntos verdes la colegiata de Santa María (el de mayor tamaño) y la iglesia de San Miguel que, con la de San Bartolomé  fueron las tres parroquias históricas desde la Reconquista.




         Lo llamativo es que todas ellas fueron construidas fuera del recinto amurallado. La única explicación que hasta ahora se ha aportado es que la toma de Borja se produjo mediante capitulación y que los musulmanes, con el último monarca de la taifa zaragozana, continuaron residiendo en su interior varios años. Nada sabemos del emplazamiento de la mezquita mayor y de su ulterior destino que, desde luego, no fue el de su transformación en templo cristiano.

         Estas cuestiones exigen estudios más detallados, incluso los referidos a la posible existencia de una comunidad mozárabe durante la etapa de dominación musulmana.



         Revisando un artículo del blog “Aragón andalusí” en el que se atribuye el origen de la iglesia de San Miguel de Maluenda a un ribat musulmán, nos planteamos la hipótesis de la posible existencia de un edificio de características semejantes en Borja, de manera que esa alusión a al-dayr hiciera referencia al mismo. Es cierto que este término, procedente del arameo daira solía ser aplicado a los monasterios cristianos, pero está también documentado su uso para el caso de los musulmanes, en determinadas circunstancias.




         Si así fuera, cosa por el momento indemostrable, cabría la posibilidad de que uno de los primeros templos cristianos (Santa María), hubiera sido edificado sobre ese ribat, situado extramuros de la ciudad, ante la imposibilidad de hacerlo en la mezquita mayor (intramuros).

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