En
2014, el Dr. D. Isidro Aguilera Aragón publicó en el número LVIII de la revista
Cuadernos de Estudios Borjanos un
estudio sobre este capitel visigótico que actualmente puede admirarse en el
Museo Arqueológico de Borja. En el trabajo analizaba las características del
mismo y su adscripción cronológica y cultural.
Esta
pieza había sido encontrada en 1990, cuando se realizaban obras de
consolidación en la capilla de la Virgen del Pilar de la iglesia parroquial de
San Bartolomé, siendo conservado en un huerto privado hasta su redescubrimiento
en 2013, cuando fue donado al museo por D. Serafín Lacleta López.
En su
artículo, el Dr. Aguilera destacaba la importancia del hallazgo que, por
tratarse de un capitel labrado en sus cuatro caras hay que relacionar con un
edificio de tres naves que pudo corresponder a una basílica de tipo
romano-cristiano, aunque también pudo pertenecer a una construcción áulica de
época visigoda.
En
cualquier caso, ante la falta de excavaciones arqueológicas que proporcionen
mayor información nada sabemos de su procedencia pues aunque encontrado en la
iglesia citada pudo ser llevado allí desde otro lugar, sin descartar que el
supuesto templo visigodo se encontrara también allí.
Pero,
el Dr. Aguilera Aragón apuntaba otra hipótesis de gran interés. Dado que Borja
no era sede episcopal, la construcción de un templo de esas magnitudes también
podía estar relacionada con la existencia de un cenobio, lo que gozaba de gran
tradición en el mundo hispano visigodo.
Esa
posible interpretación monástica la relacionaba con las enigmáticas noticias
que algunos historiadores árabes dan sobre Borja a la que, época omeya”,
califican como al-dayr, palabra
utilizada para designar a un monasterio, generalmente cristiano.
En el
plano que incluía en su artículo señalaba con un punto rojo el lugar del
hallazgo, dentro del perímetro que, en su opinión, delimitaba el casco urbano
de la antigua ciudad de Bursao, aunque en época musulmana era más reducido.
En el
mismo plano, hemos señalado con puntos verdes la colegiata de Santa María (el
de mayor tamaño) y la iglesia de San Miguel que, con la de San Bartolomé fueron las tres parroquias históricas desde
la Reconquista.
Lo
llamativo es que todas ellas fueron construidas fuera del recinto amurallado. La
única explicación que hasta ahora se ha aportado es que la toma de Borja se
produjo mediante capitulación y que los musulmanes, con el último monarca de la
taifa zaragozana, continuaron residiendo en su interior varios años. Nada
sabemos del emplazamiento de la mezquita mayor y de su ulterior destino que,
desde luego, no fue el de su transformación en templo cristiano.
Estas
cuestiones exigen estudios más detallados, incluso los referidos a la posible
existencia de una comunidad mozárabe durante la etapa de dominación musulmana.
Revisando
un artículo del blog “Aragón andalusí” en el que se atribuye el origen de la
iglesia de San Miguel de Maluenda a un ribat
musulmán, nos planteamos la hipótesis de la posible existencia de un edificio
de características semejantes en Borja, de manera que esa alusión a al-dayr hiciera referencia al mismo. Es
cierto que este término, procedente del arameo daira solía ser aplicado a los monasterios cristianos, pero está
también documentado su uso para el caso de los musulmanes, en determinadas
circunstancias.
Si así
fuera, cosa por el momento indemostrable, cabría la posibilidad de que uno de
los primeros templos cristianos (Santa María), hubiera sido edificado sobre ese
ribat, situado extramuros de la ciudad, ante la imposibilidad de hacerlo en la
mezquita mayor (intramuros).
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