miércoles, 15 de mayo de 2019

Libros recibidos 240


         El Frente de Afirmación Hispanista de México nos ha remitido, en esta ocasión, dos obras importantes. Una de ellas es la edición crítica de El asno de oro, de Lucio Apuleyo, realizada por el Prof. D. Francisco José Escobar Borrego, una autoridad en esta y otras materias, a partir de la edición realizada en Medina del Campo, en 1543, atribuida por algunos al sevillano Alonso de Fuentes, pero que, en realidad, corresponde a una versión del arcediano hispalense Diego López de Cortegana a quien corresponde el mérito de haber publicado en 1513 la primera versión en castellano de la obra del poeta latino.

         En esta obra destaca el magnífico estudio introductorio que inserta, con referencia a las distintas traducciones europeas del Asinus aureus, a la figura de López de Cortegana y su supuesta inclusión en el círculo de los seguidores de Erasmo, así como a la polémica sobre la atribución a Alonso de Fuentes de la edición que comentamos. El interés de la obra de Apuleyo se ve acrecentado por las notas complementarias, el aparato crítico y las variantes textuales que el Prof. Escobar Borrego analiza en su excelente versión.




         Otra obra digna de ser destacada es la edición facsimilar de la Miscelánea austral del escritor ecijano Diego de Ávalos y Figueroa, a cargo de la investigadora boliviana Laura Paz Rescala, a partir de un ejemplar de la edición de 1602 que se conserva en la biblioteca John Carter Brown (Providence, Rhode Island), de la que se conservan otros cinco ejemplares, dos de ellos en la Biblioteca Nacional de España. En las 652 páginas de esta obra se incluye un amplio estudio introductorio de 138 páginas, acompañado por índice onomástico de esa introducción y otro topográfico de primeros versos.




         El Rolde de Estudios Aragoneses nos ha remitido la obra Los espacios verdes en la Zaragoza del siglo XIX. Patrimonio de ayer y de hoy, de la que es autora la historiadora del Arte Dª. Laura Ruiz Cantera, publicada con el nº 65 de sus “Cuadernos de Cultura Aragonesa”. En ella nos ofrece un apasionante recorrido por los espacios verdes creados en la capital aragonesa durante el siglo XIX, en el marco de las nuevas tendencias de jardinería urbana, muchos de los cuales han llegado hasta nosotros, constituyendo un conjunto patrimonial que pasa desapercibido a los ojos de muchos ciudadano y sobre el que la autora pretende llamar la atención.

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