Dentro
de las diversas investigaciones que se llevan a cabo en nuestro Centro, destaca
la realizada en los últimos días sobre una curiosa tradición: la del envío por
parte de los Papas de un variado ajuar de ropa, con motivo del nacimiento de
los herederos de la Corona de España.
Todo
surgió a partir de la pregunta que nos formuló el Dr. Bernard Berthod, desde
Francia, acerca del momento en el que se interrumpió esa costumbre. En aquellos
momentos la desconocíamos por completo y, en una primera búsqueda, lo único que
encontramos fue la imagen de esta canastilla que, bordada con las armas del
Papa Pío IX, fue mostrada en una exposición celebrada en el Museo del Traje de
Madrid, en diciembre de 2012. Hemos podido precisar que formaba parte de los
regalos enviados por el Pontífice, tras el nacimiento, en 1851, de la infanta
María Isabel de Borbón y Borbón, hija de Isabel II.
Deseando
ampliar esa información, hemos seguido investigando hasta poder reconstruir la
trayectoria de lo que aquí se llamaba el envío de las “fajas benditas”, dado
que el elemento principal y simbólico era una faja, previamente bendecida en
Roma, que se ceñía en la cintura del recién nacido.
Pero
la faja iba acompañada por otras muchas piezas de ropa, ricamente decoradas, de
cuya confección se encargaban algunas damas de la nobleza romana o, más tarde,
religiosas expertas en las labores de bordado, así como valiosas reliquias y
otros presentes. Todo ello, se enviaba en el interior de unas arcas, como la
que se conserva en el Museo de Valladolid que es, precisamente, la primera que
llegó a España.
Clemente VIII |
La
costumbre fue instaurada por el Papa Clemente VIII y, aunque habitualmente se
suele referir que la primera vez que se enviaron fue con ocasión del nacimiento
del Delfín, futuro Luis XIII de Francia, con anterioridad ya había llegado a
España un regalo similar cuando, el 7 de octubre de 1601, fue bautizada en el
convento de San Pablo de Valladolid, la infanta Ana Mauricia de Austria,
primogénita de Felipe III.
Monseñor
Ascanio Filomarino que trajo las fajas enviadas por Urbano VIII al príncipe Baltasar
Carlos
|
Para
traerlas el Papa designaba a eclesiásticos destacados que, en calidad de
nuncios extraordinarios, viajaban hasta Madrid donde eran recibidos con gran
boato y, posteriormente, imponían las fajas a los nuevos infantes, en el
transcurso de una de las ceremonias más brillantes que tenían como escenario la
Corte, y cuyos detalles quedaron reflejados en las crónicas de la época y,
posteriormente, en los medios de comunicación. En algunos casos, se publicaron
también la minuciosa descripción de todas las piezas que componían el ajuar
enviado por el Pontífice, dentro de esa denominación genérica de “fajas
benditas”.
Hemos
podido documentar y ofrecer detalles del envío de estos regalos, cuando
nacieron los siguientes infantes de España (los años que hacemos constar
corresponde a los de su nacimiento que no siempre coincidió en el de la llegada
de las fajas, demorada una vez tanto que dio lugar al jocoso comentario del
embajador Azara: Como se retrase más el envío, en lugar de fajas el infante va
a necesitar calzones):
Dª.
Ana Mauricia de Austria, Princesa de Asturias, hija del rey Felipe III (1601)
D.
Baltasar Carlos, Príncipe de Asturias, hijo del rey Felipe III (1604)
Dª.
María Eugenia de Austria y Borbón, Princesa de Asturias, hija del rey Felipe IV
(1625)
D.
Carlos de Austria y Austria, Príncipe de Asturias, hijo de Felipe IV (1661). No
es seguro que las recibiese.
D.
Carlos Clemente Antonio de Borbón y Borbón-Parma, hijo del Príncipe de Asturias
D. Carlos de Borbón y Farnesio (que luego reinó con el nombre de Carlos IV)
(1771)
D.
Carlos Domingo Eusebio de Borbón y Borbón-Parma, hijo del Príncipe de Asturias
D. Carlos de Borbón y Farnesio (que luego reinó con el nombre de Carlos IV)
(1780)
Dª.
María Isabel de Borbón y Borbón, Princesa de Asturias, hija de la reina Isabel
II (1851)
Dª.
María de las Mercedes de Borbón y Habsburgo-Lorena, Princesa de Asturias, hija
del rey Alfonso XII (1880)
La
última vez que se recibieron fue cuando nació D.
Alfonso de Borbón y Battenberg, el primogénito del rey D. Alfonso XIII, en
1907, del que el Papa San Pío X, aceptó ser padrino, siendo representado por el
nuncio en Madrid, monseñor Aristide Rinaldini, creado cardenal inmediatamente
después. Ya hacía tiempo que el cometido de imponer las fajas había sido
encomendado a los nuncios ordinarios y, esta ocasión, la trajo desde Roma un
Guardia Noble que también portaba el birrete para el nuevo cardenal que le
impuso el Rey.
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