Unas fotografías que nos ha facilitado D. Manuel Giménez Aperte vienen a poner de manifiesto la tradición de colocar roscones bendecidos en las andas procesionales de determinados Santos. Esta imagen corresponde a la procesión de San Antón en Bulbuente y en ella puede apreciarse el elevado número de roscones colocados en torno a los faroles que iluminan las andas.
También
de Bulbuente es esta otra foto de la peana de su Patrón San Bartolomé en la
que, junto a los roscones de los ángulos, se ve en el centro el gran roscón de
los mayordomos y otro más pequeño ensartado en el cuchillo del Santo. No hemos
sabido identificar el lugar en el que está la peana que no es ni la puerta de
la iglesia parroquial ni la de la antigua ermita.
Mientras
en otros lugares esta costumbre ha desaparecido o se ha reducido el número de
roscones, en Bulbuente sigue manteniendo las características de siempre, como
muestra esta fotografía de una fiesta reciente de San Bartolomé.
En
Borja llevan roscones San Sebastián y San Bartolomé. En ambos casos el roscón
grande de los mayordomos y un número reducido de otros más pequeños en torno a
la peana. A San Bartolomé se le cuelga otro del cuchillo y es posible que,
tanto en un caso como en otro, fueran más los que llevaran antiguamente.
Al
buscar imágenes de otras localidades no hemos encontrado otras de esta zona. Concretamente la primera es de
la procesión de San Marcial en Novallas, donde se colocan cuatro roscones
grandes en la peana. La segunda es de la procesión de Ntra. Sra. de la Huerta
en Tórtoles pero, en este caso el roscón lo llevan delante de la Virgen en una
cesta.
Pero
esta tradición es propia también de otros muchos lugares. En Tíjola (Almería)
no solo se decora la peana de San Sebastián con gigantescos roscones, sino que
al paso de la procesión se arrojan desde las casas otros más pequeños que
recogen las personas que asisten a ella, a las que puede verse en la imagen con
varios ensartados en sus brazos.
También
en Olula del Río, de la misma provincia, se colocan roscones el día de San
Sebastián en su peana y en la de San Ildefonso que le acompaña en el recorrido.
Como puede verse, en este último caso incluso lleva uno en torno al cuello.
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