Han bastado unas gotas de lluvia para que las tapas lisas de las alcantarillas se hayan vuelto a convertir en peligrosas trampas para los viandantes. Lo hemos hecho notar en ocasiones anteriores, sin que la advertencia no solo mereciera escasa atención, sino que incluso hubo quien no advertía diferencias entre estas tapas de fabricación artesanal y aquellas industriales, dotadas de troquelado antideslizante.
Pero,
al problema de las alcantarillas tenemos que sumar el que se deriva de estas
bandas colocadas en algunas calles que, por su mal estado, también ofrecen
peligro para los peatones. No nos habíamos percatado, pero al presenciar el
percance de una persona de cierta edad que resbaló al pisarlas, hemos querido
llamar la atención sobre ello, no con la esperanza de que sean subsanadas esas
deficiencias, sino para facilitar, en su caso, las reclamaciones de los
afectados, en caso de lesión.
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