domingo, 22 de mayo de 2022

La canal de Magallón

 

El miércoles 15 de abril de 2020, en un artículo dedicado a una singular almenara en Alberite de San Juan, se mencionaba esta obra, sobre la que ahora nos ofrece mayor información Pedro Domínguez Barrios, en parte para justificar que la presa “redescubierta en el Huecha” no era en modo alguno, (como atestigua algún mayor de Alberite) la canal que ahora nos ocupa.


El acueducto de “la canal”, ubicado en el término municipal de Magallón, en el inicio de la acequia del Plano, salva el Huecha entre las proximidades del actual restaurante “La Chimenea” (antigua extractora de aceite de orujo) y el monte Quez. Tiene una longitud de 16,33 metros y una altura sobre el cauce del río de 9,90 metros, datos que lo acreditan como el más audaz de toda la cuenca del Huecha.


La obra que hoy podemos ver es una reconstrucción de 1877, ya que la gran “huechada” del 29 de mayo de 1871 se llevó por delante casi toda la obra anterior, además de la vida de un hombre. No tenemos la fecha exacta de la construcción de esa canal anterior, pero sí una reseña muy aproximada registrada en las Ordinaciones Reales de la villa de Magallón del año 1694, según las cuales la responsabilidad del mantenimiento de las obras hidráulicas recaía en el jurado segundo de la corporación municipal.



Y cabe recordar, en este mismo sentido, que ya el 5 de diciembre de 1603, el maestro Pedro de Aguilera, por aquel entonces residente en Magallón, contrataba con Miguel del Valle, vecino de Mallén (Zaragoza), el transporte de los sillares extraídos en la cantera de Burrén (perteneciente al lugar de Fréscano) para la obra de la canal que estaba situada en el río Huecha -término de Alberite – y que el citado maestro hacía para la villa de Magallón.

Se deduce pues que la citada “obra de la canal” va a realizarse en 1603, o poco después, desconociendo si es de nueva planta, o se trata de otra reparación, ya que la acequia del Plano a la que sirve parece ser anterior. Posiblemente a esta obra del siglo XVII pertenezcan buena parte de los muros del estribo de la margen derecha, conservados hoy en día.



La obra que hoy podemos contemplar consta de un canal de estructura metálica, apoyado en estribos de piedra caliza trabajada en sillería. El estribo de la margen izquierda fue reconstruido totalmente, con la forma habitual de estas obras civiles de soporte y contención; un frente flanqueado por dos aletas laterales oblicuas, dando así una planta semi hexagonal; todo en buena sillería de caliza, procedente de la vecina Muela de Borja. La coronación de las aletas es en talud y sensiblemente almohadillada, y el frente recto se corona en ménsula con una moldura cóncava o de nacela, para recibir el canal, siendo estas las únicas partes ornadas de la fábrica. Se aprecia algún gatillo entre los sillares, para evitar el movimiento horizontal de las hiladas.


Del estribo de la margen derecha, parece deducirse que se reconstruyó el frente de apoyo del canal, conservándose a su izquierda un gran muro de contención paralelo al río, y a su derecha una aleta de menor altura ambos en sillería, de menor calidad la del muro. La ausencia de trabazón entre estos tres elementos, dejando juntas verticales continuas, así como el contraste de sus fábricas, e incluso un retranqueo entre ellos, demuestra que no son coetáneos, y que la antigua canal se ubicaba aquí, quedando de ella al parecer sólo el muro de contención paralelo al río, y la aleta derecha, el resto de los apoyos y la canal propiamente dicha, que se supone sería de madera, quedaron destruidos por la gran “huechada”. Aunque la cota de la primitiva obra sería sensiblemente menor a la actual; podemos deducir grosso modo el incremento del nivel del río en esta gran riada, (la obra actual está a 9,90 metros sobre éste, como se ha indicado). En la vecina Tudela, este mismo día la crecida del Queiles se llevó por delante 4 vidas y nada menos que 57 edificaciones.


La acequia que entronca con estos estribos es también de buena sillería (buena parte quedó vista tras el incendio de las cañas que la ocultan), llegando sus muros de contención hasta los tres m. de altura, entra en la canal formando un ángulo obtuso, y sale recta ya de hormigón, pero sobre los muros de sillería.



La canal propiamente dicha está realizada en chapa de 5 mm, y perfilería metálica, cosida toda ella con roblones, (11.113 en total) siendo la única obra de este tipo conservada en la zona, y todavía en pleno servicio.  Tiene una sección de dos metros de base por uno de altura. Es la sección de un cajón rectangular, dividido longitudinalmente en dos por una chapa central igual a las dos laterales, de forma que, al interior, quedan dos canales paralelos. 




El conjunto está formado por tres módulos o cajones, dos prácticamente iguales en los extremos, (sensiblemente mayor el de la margen izquierda), y uno central de mayor longitud, Los tres ensamblados entre sí mediante dos pulseras muy reforzadas para tal fin. Las dos chapas laterales y la central, (alma del canal), se rematan en su parte superior por una chapa horizontal, presentando un perfil en T, haciendo las veces de vigas armadas, y en su parte baja se unen a las chapas horizontal de fondo del canal mediante perfiles L. Para arriostrar los cuatro lados del canal, se disponen unos zunchos perimetrales de perfiles T, que abrazan sus cuatro caras a modo de anillos, colocados cada 1,63 metros, dando la impresión exterior de nueve módulos, siendo en realidad tres, cuyas juntas de unión quedan visibles exteriormente en sus cuatro lados, por las citadas pulseras, anchas chapas solapadas y cosidas con abundantes roblones.

El arriostramiento de los tres módulos entre sí, se realiza en su cara superior mediante cruces de san Andrés, y en su parte inferior por perfiles L en los extremos y chapa central, (ver planos). Para optimizar la rigidez sobre los apoyos, los módulos extremos disponen un perfil U y L transversal al canal en sus inicios. Una estructura noble, vanguardista en su tiempo y también estética, (noble porque nos permite ver cómo trabajan todos sus componentes, algo habitual en las obras antiguas y no tanto en las modernas), pintada enteramente en rojo, probablemente la primera y única mano de pintura; (para mejor apreciación, en los planos los cordones de roblonado figuran en color metal).


         Esta bella obra de ingeniería se construye dos años después de iniciarse la Restauración con la proclamación de Alfonso XII, siendo Presidente del Consejo de Ministro D. Antonio Cánovas del Castillo y alcalde de la villa D. Esteban Liso. Por estos años, la siderurgia vasca (Altos Hornos de Vizcaya) había experimentado un buen impulso, al emplear el carbón de coque; probablemente todo el metal empleado procedía de allí.


D. Elisardo Pardos Bauluz en su obra, Magallón apuntes históricos de la villa y tierra que, con todas las suyas, donó a nuestro Centro, se refería a las obras de la presa y canal construidas sobre el río Huecha, en 1877, por el Sindicato de Riegos de Magallón:

 

“El Ayuntamiento de Magallón, con asistencia del Sindicato de Riegos y los mayores contribuyentes de la villa, se reunió el 27 de noviembre de 1876. En la sesión, el presidente indicó la necesidad urgente de construir un azud o presa en el río Huecha.

En la avenida de 1871 resultó destruida la primitiva canal y aun cuando había sido reconstruida provisionalmente, no ofrecía un resultado satisfactorio.

En esta sesión se acordó la contratación de un ingeniero para que realizase los estudios necesarios. El dinero preciso para la obra, lo constituía el procedente de la tercera parte, del 80% del producto de la venta de los bienes propios, que el Ayuntamiento de Magallón tenía en la Caja General de Depósitos: un crédito contra el estado de 199.737,32 reales de vellón, convertible en metálico mediante la formación del oportuno expediente en el que se acreditase esta necesidad.

Para elegir el proyecto más beneficioso se nombró una comisión compuesta por los señores siguientes: D. Esteban Liso (alcalde) D. Mariano Pérez, D. Rafael Cistué, D. Severino de Cibián, D. Vicente Bauluz, D. Mariano Vidal, D. Julio Aisa, D. Celedonio Barrieta y D. Lorenzo Parroqué.

El 12 de septiembre de 1877, se autorizó por Real Orden, para retirar de la Caja de Depósitos el crédito indicado; y en sesión de 4 de noviembre de 1877, se concedieron amplios poderes a D. Juan Salvador Hernando para su conversión en metálico.

El proyecto se adjudicó al ingeniero D. Primitivo María Sagasta. La piedra empleada en la construcción de los muros de sustentación de la canal sobre el Huecha, fue traída de los montes de Misericordia, en el término de Borja. El costo de la presa fue de 23.030 pesetas, y el de la canal con su obra de mampostería de 50.365”.

A juzgar por estas cantidades, parece evidente que el costo de la presa, no se refiere a la construcción de una presa como tal, sino a la reparación de la acequia que nace en la citada presa (azud de Alberite) como así parece atestiguarlo la calidad de los sillares, similares a los de los estribos, muros y acequias de la canal.


Este gran acueducto, es desconocido por mucha gente debido sin duda a su escasa visibilidad (sólo se ve desde el puente nuevo de la variante) con un difícil acceso peatonal; quizá sería conveniente crear o más bien recuperar un sendero de acceso, ya que en su día lo tuvo, así como limpiar la vegetación que invade la obra, ya que con el tiempo la daña seriamente.



 











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