El miércoles 15 de abril de 2020, en un artículo dedicado a una singular almenara en Alberite de San Juan, se mencionaba esta obra, sobre la que ahora nos ofrece mayor información Pedro Domínguez Barrios, en parte para justificar que la presa “redescubierta en el Huecha” no era en modo alguno, (como atestigua algún mayor de Alberite) la canal que ahora nos ocupa.
El acueducto de “la canal”, ubicado en el término municipal
de Magallón, en el inicio de la acequia del Plano, salva el Huecha entre las
proximidades del actual restaurante “La Chimenea” (antigua extractora de aceite
de orujo) y el monte Quez. Tiene una longitud de 16,33 metros y una altura
sobre el cauce del río de 9,90 metros, datos que lo acreditan como el más audaz
de toda la cuenca del Huecha.
La obra que hoy podemos ver es una reconstrucción de 1877, ya
que la gran “huechada” del 29 de mayo de 1871 se llevó por delante casi toda la
obra anterior, además de la vida de un hombre. No tenemos la fecha exacta de la
construcción de esa canal anterior, pero sí una reseña muy aproximada
registrada en las Ordinaciones Reales de la villa de Magallón del año 1694,
según las cuales la responsabilidad del mantenimiento de las obras hidráulicas
recaía en el jurado segundo de la corporación municipal.
Y cabe recordar, en este mismo sentido, que ya el 5 de
diciembre de 1603, el maestro Pedro de Aguilera, por aquel entonces residente
en Magallón, contrataba con Miguel del Valle, vecino de Mallén (Zaragoza), el
transporte de los sillares extraídos en la cantera de Burrén (perteneciente al
lugar de Fréscano) para la obra de la canal que estaba situada en el río Huecha
-término de Alberite – y que el citado maestro hacía para la villa de Magallón.
Se deduce
pues que la citada “obra de la canal” va a realizarse en 1603, o poco después,
desconociendo si es de nueva planta, o se trata de otra reparación, ya que la
acequia del Plano a la que sirve parece ser anterior. Posiblemente a esta obra
del siglo XVII pertenezcan buena parte de los muros del estribo de la margen
derecha, conservados hoy en día.
La obra que hoy podemos contemplar consta de un canal de
estructura metálica, apoyado en estribos de piedra caliza trabajada en
sillería. El estribo de la margen izquierda fue reconstruido totalmente, con la
forma habitual de estas obras civiles de soporte y contención; un frente
flanqueado por dos aletas laterales oblicuas, dando así una planta semi hexagonal;
todo en buena sillería de caliza, procedente de la vecina Muela de Borja. La
coronación de las aletas es en talud y sensiblemente almohadillada, y el frente
recto se corona en ménsula con una moldura cóncava o de nacela, para recibir el
canal, siendo estas las únicas partes ornadas de la fábrica. Se aprecia algún
gatillo entre los sillares, para evitar el movimiento horizontal de las
hiladas.
Del estribo de la margen derecha, parece deducirse que se
reconstruyó el frente de apoyo del canal, conservándose a su izquierda un gran
muro de contención paralelo al río, y a su derecha una aleta de menor altura
ambos en sillería, de menor calidad la del muro. La ausencia de trabazón entre
estos tres elementos, dejando juntas verticales continuas, así como el
contraste de sus fábricas, e incluso un retranqueo entre ellos, demuestra que
no son coetáneos, y que la antigua canal se ubicaba aquí, quedando de ella al
parecer sólo el muro de contención paralelo al río, y la aleta derecha, el
resto de los apoyos y la canal propiamente dicha, que se supone sería de
madera, quedaron destruidos por la gran “huechada”. Aunque la cota de la
primitiva obra sería sensiblemente menor a la actual; podemos deducir grosso
modo el incremento del nivel del río en esta gran riada, (la obra actual está a
9,90 metros sobre éste, como se ha indicado). En la vecina Tudela, este mismo
día la crecida del Queiles se llevó por delante 4 vidas y nada menos que 57
edificaciones.
La acequia que entronca con estos estribos es también de
buena sillería (buena parte quedó vista tras el incendio de las cañas que la
ocultan), llegando sus muros de contención hasta los tres m. de altura, entra
en la canal formando un ángulo obtuso, y sale recta ya de hormigón, pero sobre
los muros de sillería.
La canal propiamente dicha está realizada en chapa de 5 mm, y
perfilería metálica, cosida toda ella con roblones, (11.113 en total) siendo la
única obra de este tipo conservada en la zona, y todavía en pleno
servicio. Tiene una sección de dos
metros de base por uno de altura. Es la sección de un cajón rectangular,
dividido longitudinalmente en dos por una chapa central igual a las dos
laterales, de forma que, al interior, quedan dos canales paralelos.
El conjunto está formado por tres módulos o cajones, dos
prácticamente iguales en los extremos, (sensiblemente mayor el de la margen
izquierda), y uno central de mayor longitud, Los tres ensamblados entre sí
mediante dos pulseras muy reforzadas para tal fin. Las dos chapas laterales y
la central, (alma del canal), se rematan en su parte superior por una chapa
horizontal, presentando un perfil en T, haciendo las veces de vigas armadas, y
en su parte baja se unen a las chapas horizontal de fondo del canal mediante
perfiles L. Para arriostrar los cuatro lados del canal, se disponen unos
zunchos perimetrales de perfiles T, que abrazan sus cuatro caras a modo de
anillos, colocados cada 1,63 metros, dando la impresión exterior de nueve
módulos, siendo en realidad tres, cuyas juntas de unión quedan visibles exteriormente
en sus cuatro lados, por las citadas pulseras, anchas chapas solapadas y
cosidas con abundantes roblones.
El arriostramiento de los tres módulos entre sí, se realiza
en su cara superior mediante cruces de san Andrés, y en su parte inferior por
perfiles L en los extremos y chapa central, (ver planos). Para optimizar la
rigidez sobre los apoyos, los módulos extremos disponen un perfil U y L
transversal al canal en sus inicios. Una estructura noble, vanguardista en su
tiempo y también estética, (noble porque nos permite ver cómo trabajan todos
sus componentes, algo habitual en las obras antiguas y no tanto en las
modernas), pintada enteramente en rojo, probablemente la primera y única mano
de pintura; (para mejor apreciación, en los planos los cordones de roblonado
figuran en color metal).
Esta
bella obra de ingeniería se construye dos años después de iniciarse la Restauración
con la proclamación de Alfonso XII, siendo Presidente del Consejo de Ministro
D. Antonio Cánovas del Castillo y alcalde de la villa D. Esteban Liso. Por
estos años, la siderurgia vasca (Altos Hornos de Vizcaya) había experimentado
un buen impulso, al emplear el carbón de coque; probablemente todo el metal
empleado procedía de allí.
D. Elisardo Pardos Bauluz en su obra, Magallón apuntes
históricos de la villa y tierra que, con todas las suyas, donó a nuestro
Centro, se refería a las obras de la presa y canal construidas sobre el río
Huecha, en 1877, por el Sindicato de Riegos de Magallón:
“El Ayuntamiento de Magallón, con asistencia del Sindicato de
Riegos y los mayores contribuyentes de la villa, se reunió el 27 de noviembre
de 1876. En la sesión, el presidente indicó la necesidad urgente de construir
un azud o presa en el río Huecha.
En la avenida de 1871 resultó destruida la primitiva canal y
aun cuando había sido reconstruida provisionalmente, no ofrecía un resultado
satisfactorio.
En esta sesión se acordó la contratación de un ingeniero para
que realizase los estudios necesarios. El dinero preciso para la obra, lo
constituía el procedente de la tercera parte, del 80% del producto de la venta
de los bienes propios, que el Ayuntamiento de Magallón tenía en la Caja General
de Depósitos: un crédito contra el estado de 199.737,32 reales de vellón,
convertible en metálico mediante la formación del oportuno expediente en el que
se acreditase esta necesidad.
Para elegir el proyecto más beneficioso se nombró una
comisión compuesta por los señores siguientes: D. Esteban Liso (alcalde) D.
Mariano Pérez, D. Rafael Cistué, D. Severino de Cibián, D. Vicente Bauluz, D.
Mariano Vidal, D. Julio Aisa, D. Celedonio Barrieta y D. Lorenzo Parroqué.
El 12 de septiembre de 1877, se autorizó por Real Orden, para
retirar de la Caja de Depósitos el crédito indicado; y en sesión de 4 de
noviembre de 1877, se concedieron amplios poderes a D. Juan Salvador Hernando
para su conversión en metálico.
El proyecto se adjudicó al ingeniero D. Primitivo María
Sagasta. La piedra empleada en la construcción de los muros de sustentación de
la canal sobre el Huecha, fue traída de los montes de Misericordia, en el
término de Borja. El costo de la presa fue de 23.030 pesetas, y el de la canal
con su obra de mampostería de 50.365”.
A juzgar por estas cantidades, parece evidente que el costo
de la presa, no se refiere a la construcción de una presa como tal, sino a la
reparación de la acequia que nace en la citada presa (azud de Alberite) como
así parece atestiguarlo la calidad de los sillares, similares a los de los
estribos, muros y acequias de la canal.
Este gran acueducto, es desconocido por mucha gente debido
sin duda a su escasa visibilidad (sólo se ve desde el puente nuevo de la
variante) con un difícil acceso peatonal; quizá sería conveniente crear o más
bien recuperar un sendero de acceso, ya que en su día lo tuvo, así como limpiar
la vegetación que invade la obra, ya que con el tiempo la daña seriamente.
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