martes, 31 de mayo de 2022

El Cristo Rojo de Bembibre

 

         Fue Mr. Nick Watson quien nos trajo esta imagen enmarcada que había encontrado en su palacio de Ambel y que le había sorprendido por el cartel que aparecía sobre el pecho del Sagrado Corazón y por el cuidado puesto para conservarla por parte de alguno de los antiguos propietarios del monumento. Nos prometió depositarla en nuestro archivo, pero quería saber su significado. Ello nos hizo retomar una historia que, en su momento, alcanzó gran difusión, la del llamado “Cristo Rojo de Bembibre”.


       La fotografía fue portada del nº 353 de la revista Estampa, el 20 de octubre de 1934, en la que relataba lo acaecido en esa localidad leonesa el 7 de octubre de ese año, en el marco de lo que se llamó la “revolución de Asturias”, aunque también se extendió por otras zonas, incluso en localidades muy próximas a nosotros, como Mallén.

         Ya, en 1933, la CNT había protagonizado una insurrección en el Bierzo, pero la de 1934 tuvo mayor entidad debido a que se extendió por toda España. Promovida por la UGT y el PSOE tuvo especial incidencia en Asturias, donde contó con el apoyo de la CNT. Fue duramente reprimida por el Gobierno de la República y, a pesar de la mitificación de que ha sido objeto posteriormente, lo cierto es que se cometieron grandes desmanes. Por lo que afecta al Patrimonio Cultural, que es que nos interesa especialmente, basta recordar la voladura, con dinamita, de la Cámara Santa de la catedral de Oviedo.


         Fue el domingo 7 de octubre de 1934, cuando un buen número de mineros procedentes de las cuencas de Villablino, Páramo del Sil, Fabero, Matarrosa y Toreno, llegaron a Bembibre. A partir de las dos de la tarde, comenzaron a saquear domicilios particulares, volaron las vías del ferrocarril y se dirigieron a la iglesia parroquial, de la que sacaron imágenes, ornamentos y archivos, quemándolos en la plaza. Después incendiaron el templo que quedó parcialmente destruido.



         En la primera imagen difundida por la prensa de la época, puede verse el estado en que quedaron las cubiertas, mientras que, en la segunda fotografía, se aprecia muy bien la restauración a la que tuvo que ser sometido el monumento.

         Desde allí se dirigieron al Ayuntamiento que también saquearon completamente, quemando sus archivos, y no lo hicieron con el edificio ante el temor de los vecinos de que las llamas se propagaran a las casas contiguas.

         Esa orgía de actos vandálicos cesó por la noche, cuando llegaron a Bembibre tropas procedentes de Astorga que les redujeron, aunque en los enfrentamientos murió un sargento, tres soldados, dos guardias civiles y dos mineros.


         Que del saqueo y destrucción de la iglesia se salvó la imagen del Sagrado Corazón es un hecho indudable. El  ABC difundió esta fotografía de la misma, al lado de un miembro de las Fuerzas Armadas, realizada poco después de la “pacificación” del municipio.


         Pero la que alcanzó mayor difusión e impacto en toda España es la que publicó Estampa con el cartel que popularizó la denominación del Cristo Rojo de Bembibre. El cartel que, habitualmente, suele ser transcrito mal decía exactamente: “Cristo Rojo a ti respetamos por ser de los nuestros”. Según la crónica de la revista, los revolucionarios habían decidido “indultarlo”, llevándolo a las barricadas “por ser de los nuestros”, basándose en el manto rojo de la imagen.

         Esta versión fue aceptada en su momento y lo sigue siendo de manera acrítica. Sin embargo, hay aspectos que llaman la atención como la esmerada caligrafía del cartel que no parece corresponder a la precipitación con la que tuvo que ser escrito por los revolucionarios (alguno de los cuales tendría que haber sido lo suficientemente ilustrado para trazar unas letras tan perfectas). Por otra parte, ¿Para qué era necesaria esa declaración escrita en esos momentos? Además, a qué barricadas se refería el cronista, porque las hubo a la entrada de la población pero, al margen de los restos de la hoguera, no creemos que llegaran a formarse en la plaza (la ocupación duró poco más de ocho horas). El hecho de que en la foto de ABC no aparezca el famoso cartel es otro dato a tener en cuenta, pues hubiera sido un aspecto muy llamativo a la hora de informar.

         Por lo tanto, aceptando el hecho indudable que la imagen del Sagrado Corazón fue la única que se salvó del templo y que la razón para ese llamativo comportamiento de los mineros pudo ser el que sus vestiduras rojas indujeran a alguno de ellos a identificarlo con su causa (¿Quiso salvarlo así?), lo del cartel nos ofrece algunas dudas, pudiendo tratarse de un montaje posterior que hizo fortuna.


         Dicho eso, conviene señalar que la revista Estampa carecía de una ideología concreta. Había sido fundada el 3 de enero de 1928 por D. Luis Montiel Balzant, un ingeniero madrileño con participación en industrias gráficas.

         Se definía como “Revista Gráfica y Literaria de la Actualidad Española y Mundial”, siendo editada con profusión de fotografías de gran calidad, lo que hizo posible que, durante la II República, llegara a alcanzar una tirada de 200.000 ejemplares, la misma que otras grandes revistas de la época como Blanco y Negro o Nuevo Mundo. Al iniciarse la guerra civil fue incautada por sus trabajadores y se convirtió en un órgano del Frente Popular y medio de propaganda de la Unión Soviética, aunque cesó de publicarse en agosto de 1938.

         Esta es, por lo tanto, la historia de ese “Cristo Rojo de Bembibre”, cuya imagen llegó hasta Ambel y fue enmarcada. Nick se preguntaba “¿Por qué?” sin que podamos darle una respuesta satisfactoria.








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