La asociación Amics de l’Art Romànic nos ha remitido el volumen XXIX de su revista Lambard. Estudis d’art medieval, correspondiente a 2021 en cuyo sumario se incluyen cuatro trabajos relativos al ciclo “Los Santos y sus escenarios”.
Robert Baró y Nil Rider tratan sobre el
culto a Santa Eulalia de Barcelona. Joan Valero Molina lo hace sobre reliquias
en la catedral de Barcelona y todo lo relacionado con lo que su posesión
representó para ese templo, destacando aquellas que fueron objeto de mayor
veneración.
El trabajo de Francesc Fité i Llevot
estudia la consueta de la catedral de Lleida y los cultos hagiográficos.
Finalmente, Francesca Español Bertrán analiza los cultos cívicos de San Narciso
y Santa Tecla en Girona y Tarragona durante la Baja Edad Media.
También se inserta en la revista el
Premio “Amics de l’Art Románic” del año 2021 que fue otorgado a Max Pérez Muñoz
por su trabajo sobre Alexandre Deulofeu y el redescubrimiento del románico
ampurdanés.
En el apartado “Miscelánea”, dos
compañeros nuestro de Europae Thesauri, Philippe George (conservador honorario
del Tesoro de la catedral de Lieja) y Marc Sureda (conservador del Museo
Episcopal de Vic) escriben sobre Notger de Lieja y Oliva de Vic, maestros de
las Artes al servicio de la Liturgia en el entorno del año mil.
Carmen Llanes dedica su artículo a la
figura del pintor Lorenzo Zaragoza, natural de Cariñena, que fue el autor de un
retablo dedicado a San Bartolomé par el convento de Santa Clara y Santa Isabel
de Valencia.
Otro artículo de Francesca Español Bertrán,
antes mencionada, analiza el posible eco que los castigos corporales, impuestos
por las autoridades judiciales, pudieron tener en las representaciones de la
pintura gótica. El último artículo aporta nuevos datos sobre la sillería gótica
del coro de la basílica barcelonesa de Santa María del Pino.
Hemos recibido el nº 413 de El Masino,
el Boletín Informativo de Mas de las Matas que edita el Grupo de Estudios
Masinos. Junto con la información municipal y las noticias de diversas
actividades llevadas a cabo en ese municipio, nos ha llamado la atención el
artículo de Eugenio Añón acerca de la actuación de un mago en los años 40, logrando
hacer desaparecer del escenario donde actuaba a un niño, ante la sorpresa
general, anunciando que estaba durmiendo en la fonda. El truco queda
suficientemente explicado.
Concha Cebrián cuenta historias de la
iglesia y Ricardo Martín dedica su artículo a “Los desastres de las guerras”,
referidos a la de la Independencia y a lo conflictos carlistas. Los tesoros
escondidos siempre despiertan el interés de las gentes y Tomás Blasco relata
dos casos de diferente índole. El primero trata sobre el hallazgo de la
recurrente olla con monedas, realizada por unos albañiles cuando reparaban una
casa. Se apropiaron de ella sin decir nada y la cosa terminó mal. El segundo es
más triste, dado que el “tesoro” estaba integrado por las posesiones de una
familia que tuvo que huir al final de la guerra civil y cuando retornó se
encontró con la sorpresa de que el lugar elegido para esconderlo había sido arrasado.
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