La última vez que estuvimos en Novillas con la intención de fotografiar el fuerte y el monumento a la familia campesina, una desconfiguración de la cámara nos impidió lograr nuestro objetivo. Publicamos otras que nos facilitaron del monumento, pero nos quedamos con las ganas de volver. Lo hemos hecho ahora y nos alegramos porque estaba muy bonito.
Daba gusto ver los rosales
floridos y las plantas autóctonas plantadas en su entorno, configurando un
espacio sumamente agradable.
Bajo los restos de la última barca
pontón que, en Novillas, servía para cruzar el Ebro se estaba pavimentando un
espacio al que volverá el bote que antes estaba allí y que, por el momento
permanece varado sobre el césped del parque infantil.
Al monumento a la familia campesina ya
le dedicamos un amplio artículo, dando noticia de su inauguración y del autor
del mismo. Junto a él crece, en un macetero, la carrasca que el Gobierno de
Aragón entregó a todos los municipios, recordando a las víctimas de la
pandemia.
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