El 13 de febrero de 1902 nació en Borja D. Valentín Ruiz Aznar, uno de los grandes músicos que ha dado nuestra ciudad. Era el menor de los hijos del matrimonio formado por Manuel Ruiz y Petra Aznar. Fue D. Nicanor Soria, contrabajo de la Capilla de Música de Santa María quien se percató de la extraordinaria voz del niño, aconsejando a sus padres que le procuraran la formación necesaria.
El 15 de febrero de 1911,
cuando acababa de cumplir los nueve años, fue admitido en el Colegio de
Infantes de la Seo zaragozana. Allí sintió la vocación religiosa y seis años
después marchó a cursar los estudios eclesiásticos en el seminario de Comillas.
En esta decisión influyó, sin duda, el que allí estuviera el P. Otaño, el
músico de mayor prestigio de la Iglesia española. D. Valentín destacó no sólo
por su voz, sino por otras cualidades que hicieron posible que, siendo un
simple seminarista, le fuera encomendada la dirección de la Schola Cantorum de la universidad y que,
cuando acaba terminar el tercer curso de Teología optara a la plaza de Maestro
de Capilla de la catedral de Granada que obtuvo brillantemente, siendo ordenado
sacerdote por el cardenal Casanova el 2 de junio de 1928.
En Granada transcurrió su vida, siendo el encargado de la implantación de la reforma de la Música Sacra que había propiciado San Pío X. En ella formó a los jóvenes seminaristas y compuso la mayor parte de su amplio repertorio de obras, de cuya calidad constituye un ejemplo el que sigan siendo interpretadas en la actualidad.
Las circunstancias
políticas del momento le llevaron a dar clases particulares de Música, hasta
que logró incorporarse como profesor en el Conservatorio y en la Escuela de la
Sociedad Económica de Amigos del País. Dirigió el Orfeón de Granada y el Coro
Universitario que había creado. Académico de Número de la Real Academia de
Bellas Artes de Ntra. Sra. de las Angustias, en 1960, fue nombrado canónigo,
honor que le concedió en arzobispo, en reconocimiento a su labor.
Su amistad con Manuel de
Falla le llevó a colaborar en la terminación de La Atlántida y a participar en la cátedra que la Universidad de
Granada creó en homenaje al destacado compositor. Falleció el 30 de noviembre
de 1972, dejando numerosas obras entre las que varias de ellas guardan relación
directa con su ciudad natal donde, en 1985 el M. I. Ayuntamiento dio su nombre
al Paseo y, en 2002, se le tributó un homenaje, descubriendo una lápida en la
casa de Barrio Verde, donde vivió.
También
tiene calle dedicada en Granada, así como una lápida conmemorativa en el
convento del Albaicín del que fue capellán.
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