Recordando al hermano Huerta y a María José Gago

 

         El 18 de febrero de 1912 nació en Borja el hermano Jesús Huerta Tejadas S. J. Hijo de D.Vicente Huerta y de Dª Andresa Tejadas, profesó como hermano coadjutor en la Compañía de Jesús, a la que también perteneció su hermano Félix, durante un tiempo.

         Al ser expulsados los jesuitas, durante la II República, marchó desde Valencia, donde estaba destinado, a Roma. Allí residió muchos años, desempeñando cargos de responsabilidad en la Casa Central de la Compañía y en la Secretaría de Estado de la Santa Sede, entre 1961 y 1966. Regresó a España como ministro del noviciado de Veruela y, posteriormente, fue destinado al Colegio del Salvador de Zaragoza, donde falleció el 17 de enero de 1987.

 

El 18 de febrero de 1951 nació en Borja María José Gago Galindo. Era hija de D. Agustín Gago y Dª Purificación Galindo. Cursó sus primeros estudios en el colegio de Santa Ana y el colegio público. En marzo de 1962, su familia se trasladó a Calahorra, donde inició el bachillerato que finalizó en el Instituto “Miguel Servet” de Zaragoza, donde desde 1964, pasó a residir la familia, como consecuencia de un nuevo traslado del padre.

Allí comenzó a practicar el atletismo, destacando muy pronto en la especialidad de Salto de Longitud, participando con sólo 16 años en una Olimpiada juvenil, celebrada, en 1967, en Copenhague. Por aquellos años también competía en relevos 4x100, consiguiendo el récord de España en esta disciplina, en 1968.

Pero fue el Salto de Longitud el que le proporcionó sus mayores triunfos. En 1969 se proclamó Campeona de España absoluta en pista cubierta, en los campeonatos celebrados en Barcelona. Volvió a revalidad este título en los celebrados en Madrid, en 1971, con una marca de 5,44 metros.

 

         Sin embargo, en 1973 se retiró de la práctica deportiva y, tras una larga y penosa enfermedad, falleció en 1999. En 2005, la Federación Aragonesa de Atletismo, presidida por D. Luis María Garriga le dedicó un cariñoso homenaje, junto a otras deportistas que hicieron posible el renacer del atletismo femenino, recogiendo el trofeo su viudo D. Vicente Lafuente. También le dedicó una calle en su ciudad natal, situada en la urbanización “Peñas de Herrera”.