Importante hallazgo en Pozuelo de Aragón

            La Excma. Diputación de Zaragoza viene desarrollando, desde hace años, una gran labor de restauración del Patrimonio Artístico de los municipios de la provincia, a través de las Escuelas Talleres que se han ido sucediendo en diferentes etapas. La última de las creadas fue la Escuela Taller Juan Arnaldín que, entre otros trabajos, llevó a cabo la restauración del retablo mayor de la iglesia parroquial de Pozuelo de Aragón, una de las localidades de nuestra comarca.

            Pero ha sido allí donde se ha efectuado un hallazgo que reviste enorme interés y cuya imagen damos a conocer, en primicia, merced a la colaboración de su párroco D. José María Sánchez  Becerril que nos la ha facilitado.

            Se trata de la parte anterior de una caja de reloj que había sido utilizada como soporte para un lienzo que representaba a San Antón, patrono de la localidad, que procedía de la ermita de Santa Ana y que, en la actualidad, se encontraba en la parroquial de la Asunción de Nuestra Señora.

            Cuando en 1999 publicamos el Inventario del Patrimonio Artístico Religioso de Pozuelo de Aragón, los autores del mismo D. José Carlos Sancho Bas y D. Pedro Luis Hernando Sebastián, al comentar esta obra, llamaron la atención sobre el hecho de que, en una zona deteriorada del lienzo, se advertía la existencia de restos de otra pintura que parecía “tener los signos propios de una pintura de tradición gótica datable, no sin reservas, en el siglo XV”. De ello deducían que, como soporte de lienzo, se había utilizado una obra anterior, que pudo pertenecer a “un antiguo retablo”. A esas tablas fue fijada la imagen de San Antonio Abad, realizada en 1563 por Cristóbal de Espinosa.

            Otros especialistas aventuraron la posibilidad de que, la pintura oculta, correspondiera a una obra Blasco de Grañén. Pero ha sido, al retirar el lienzo, cuando se ha descubierto que el soporte era, en realidad, la parte anterior de un magnífico reloj y la “cara” que se adivinaba correspondía, en realidad, al “sol” que aparece a uno de los lados de la esfera.

           

            Aunque esta pieza no ha sido, todavía, restaurada ni estudiada, su interés es extraordinario. Con unas medidas de 2 metros de alto por 1,45 de ancho, aproximadamente, se aprecia en ella la esfera con un sol radiante en torno al cual se disponen las 24 horas del día. En sus ángulos aparecen los símbolos de los cuatro evangelistas: San Mateo y San Juan arriba y San Marcos y San Lucas debajo, posiblemente relacionados con el Sol central que haría alusión a Cristo, “el Sol que nace del Oriente”. A ambos lados lo que parecen ser dos fases de la luna, aunque es mucho más probable que hagan referencia al día y la noche, teniendo en cuenta que es un reloj de 24 horas, como hemos señalado. También están representadas las armas del rey de Aragón, en lugar preferente, y las del abad de Veruela que lo encargó. Pozuelo de Aragón era propiedad del monasterio de Veruela por lo que muchas obras de su patrimonio proceden del mismo. No conocemos ningún trabajo sobre las armas de los abades verolenses, por lo que no podemos identificar las que aparecen aquí. Quizás, con el riesgo de equivocarnos, podríamos relacionarlas con el abad Fray Sancho de Marcilla que lo fue entre 1362 y 1383. Descendía de los Marcilla de Borja, localidad en la que murió al caer de un caballo, siendo enterrado en la sala capitular del monasterio, donde se conserva su tumba, bajo un arcosolio. Estaba emparentado con el rey de Aragón y con las hijas del conde de Luna, lo que podría justificar la presencia de la luna en su escudo, aunque el P. Gregorio Argaiz afirmaba que sus armas eran “tres barras coloradas”.

            Recientemente, ha sido localizada en las falsas de la iglesia parroquial de Vera de Moncayo, localidad que también fue propiedad del monasterio de Veruela, la maquinaria de un reloj medieval que había pasado desapercibida. Sería conveniente, por lo tanto que, cuanto antes, se estudiara la posible relación entre ambos hallazgos, ya que podríamos encontrarnos ante la posibilidad de disponer de un reloj completo de esa época.