Continuando
nuestros comentarios sobre el contenido del último número de Cuadernos de Estudios Borjanos, debemos
hacer referencia al artículo de D. Diego Rodríguez Paz sobre dos obras
conservadas en nuestra ciudad del pintor asturiano Domingo Fierros Álvarez.
En
primer lugar, es preciso señalar que el autor del trabajo está realizando su
tesis doctoral sobre el citado pintor y que se desplazó hasta Borja para
conocer el retrato de la reina Isabel II que se encuentra en el Salón de Reyes
de la Casa Consistorial, del que se sabía que era una obra de Fierros. Fue
durante su visita a nuestra ciudad cuando tuvo conocimiento de la existencia de
otro retrato, el del general D. Romualdo Nogués y Milagro, que conserva la
familia Ojeda, lo que representó una auténtica sorpresa y, a petición nuestra,
elaboró el artículo que estamos comentando.
Domingo
Fierros había nacido en Ballota (Cudillero, Asturias) en 1827. Formado como
pintor junto a José Madrazo y su hijo Federico, llegó a alcanzar un indudable
renombre, obteniendo una medalla de primera clase en la Exposición Nacional de
Bellas Artes de 1860. Entre sus cerca de 500 obras catalogadas, la mayoría de
ellas son retratos. No es de extrañar, por lo tanto, que las conservadas en
Borja correspondan a este género.
En
el artículo, se aportan datos muy interesantes procedentes de la documentación
conservada en el Archivo Histórico Municipal de Borja, sobre el encargo realizado,
en 1859, por el ayuntamiento borjano de un retrato de la entonces reina de
España. En él intervino D. Juan Salvador Herrando Sancho, un destacado
personaje de la época que llegó a ser Diputado por la circunscripción de
Zaragoza-Borja en varias legislaturas, favoreciendo a nuestra ciudad en diversas
circunstancias.
Como
intermediario actuó D. Fernando Vallarín quien, tras barajar diversas
posibilidades, propuso el nombre de Fierros como el pintor más adecuado para la
obra que deseaba el ayuntamiento. El precio estipulado fue de 4.068 reales de
vellón, en el que estaba incluido el porte. Fue entregado en la fecha prevista,
siendo del agrado de los comitentes, adecuándose al prototipo definido por
Madrazo en el retrato de la reina efectuado por encargo del Banco de España en
1846, aunque en este caso Fierros adaptó sus facciones, debido a los años
transcurridos.
El retrato del general Nogués es de fecha posterior.
Junto con la dedicatoria del autor aparece la de 1882, aunque sobre ella se
escribió posteriormente la de 1890. Diego Rodríguez sugiere la posibilidad de
que esta segunda fecha corresponda a una modificación introducida por el propio
Fierros. Probablemente se hizo siendo coronel y se retocó al ascender a
general, para adaptarlo al nuevo empleo de este ilustre borjano.
El
artículo concluye destacando el interés de estas obras, debidas a un pintor
ajeno a nuestro ámbito y del que, por diversas circunstancias, entraron a
formar parte del Patrimonio Cultural de nuestra ciudad.
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