Durante
nuestra estancia en París, la pasada semana, tuvimos la oportunidad de fotografiar
el Pont des Arts, en cuyas barandillas se ha introducido la costumbre de colgar
unos candados que, como en otros lugares, quieren simbolizar el amor de las
parejas que se acercan hasta ese lugar.
Aunque
sobre el origen de esta tradición existen varias versiones, algunos
comentaristas afirman que comenzó a practicarse en Europa del Este y alcanzó
mayor difusión tras la publicación de la novela de Federico Moccia, Tengo ganas de ti, donde los
protagonistas colocaban un candado en el puente Milvio de Roma.
Ahora, nos acaba de
llegar la noticia de que unos dos metros y medio de la barandilla se hundieron
este fin de semana por el peso de los candados, obligando a cerrar el puente
durante unas horas. Tras la colocación de unas planchas de madera, pudo ser
reabierto de nuevo, pero el Ayuntamiento de París está intentando encontrar una
solución para lo que, como acaba de demostrarse, se ha convertido en un serio
problema. Lo que evidente es que en cualquier lugar al que nos desplazamos
ocurre una catástrofe de mayor o menor entidad. En este caso, sin demasiadas
consecuencias.
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