La
reciente restauración del retablo de San Antonio abad que se conserva en la
iglesia parroquial de la Visitación de Maleján, ha venido a poner de manifiesto
que en su realización se reutilizaron elementos preexistentes y mientras que
tanto el lienzo del titular como el Calvario, pueden ser datados en la segunda
mitad del siglo XVII, el resto de las tablas, salvo el San Juanito del centro
de la predela, tienen un origen distinto.
En
el último número de la revista Cuadernos
de Estudios Borjanos se publica un documentado estudio de D. José Luis
Cortés Perruca y del Prof. D. Jesús Criado Mainar, ilustrado con excelentes
fotografías, en el que se establece que cuatro de sus pinturas son obra del
pintor Juan de Lumbier que, en 1601, las realizó para el retablo mayor de la
iglesia de San Bartolomé de Borja.
El
Prof. Criado ya había dado a conocer, en una obra publicada por nuestro Centro,
la traza de aquel retablo, así como la capitulación suscrita por el cabildo de
la colegial y los capellanes de San Bartolomé con el citado pintor, para la
realización del retablo titular de esa parroquia.
El
hecho de que, tanto dos de las tablas del banco como las laterales del piso
noble del mismo, coincidan con la establecido en la capitulación, ha facilitado
la identificación.
Respecto,
a estas dos últimas, corresponden a representaciones de San Juan Bautista y de
un santo obispo que, en el retablo se señala expresamente como San Babil,
aunque el atributo de su martirio que aparece a la derecha de sus pies, indica
que el santo representado es, en realidad, San Blas.
La
misma procedencia tienen dos de las tablas de la predela, la que representa la Lactatio de San Bernardo y a Santo Tomás
de Aquino., perfectamente identificables por sus atributos, en uno y otro caso.
Finalmente,
los autores sugieren que este Calvario que, en la actualidad, se exhibe en el
Museo de la Colegiata, pudo ser el remate del retablo, dado que su atribución a
Juan de Lumbier ya había sido señalada con anterioridad.
Estamos,
por lo tanto, ante un excelente estudio que viene a resaltar la importancia de
esta obra y a ampliar el conocimiento sobre la actuación de Lumbier en nuestra
zona, pues como es sabido, también se conservan en el Museo de la Colegiata
otras dos obras suyas.
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