miércoles, 25 de junio de 2014

El catedrático que sirvió de modelo para un cuadro de Pradilla


           Como ya habíamos comentado, el viernes 13 de junio el Presidente del Centro de Estudios Borjanos pronunció una conferencia sobre “Medicina y Cirugía en los Reales Colegios de Cirujanos”, en el Salón de Grado de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Andalucía Oriental, que tiene su sede en la Facultad de Medicina de Granada.

            Fue presentado por la Vice-Presidenta de la Real Corporación, Excma. Sra. Dª. María Castellano Arroyo, Catedrática de Medicina Legal de la Universidad de Granada, quien anteriormente ejerció la docencia en la Universidad de Zaragoza. Entre la selecta concurrencia se encontraba el también académico y Catedrático de Microbiología y Parasitología de la universidad granadina Excmo. Sr. D. Gonzalo Piédrola Angulo, así como la distinguida borjana Dª Pilar de Ojeda y Nogués.  Tras su intervención, nuestro Presidente atendió a las preguntas que le fueron planteadas, dentro de un animado coloquio. 




            Durante su visita a las instalaciones de la Academia que tiene su sede en la Facultad de Medicina, pudo contemplar el retrato, que en ella se conserva, de D. Benito Hernando y Espinosa que fue Catedrático de Terapéutica en Granada, de donde pasó, en 1887, a la Universidad Central. Fue, además, un reconocido dermatólogo pero el motivo de recordarlo aquí no se debe a sus indudables méritos académicos, sino a una curiosa circunstancia que desconocíamos, aunque ya había sido dada a conocer en otros medios como Granada Hoy, en 2010. 



            Porque este ilustre personaje fue elegido por el gran pintor aragonés Francisco Pradilla como modelo para la imagen del rey Boabdil que aparece en su conocida obra La rendición de Granada, pintada en 1882, y que se conserva en el Palacio del Senado. Pradilla, que ya había alcanzado un gran éxito por su representación de Juana la Loca, fue distinguido por Alfonso XII con la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica.
            Sin embargo, no teníamos noticia de esta anécdota que hizo posible que el último soberano nazarí adoptara la fisionomía de un destacado catedrático en esa magnífica composición que, según D. José Luis Delgado, tiene como escenario el paseo del Violón de la capital granadina. 

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