Uno
de los aspectos más importantes de la labor que desarrolla nuestro Centro es el
intercambio de publicaciones con diferentes instituciones y entidades de varios
países, en virtud del cual recibimos un considerable número de libros y
revistas que entran a formar parte de nuestra biblioteca.
En
diversas ocasiones, nos han planteado la posibilidad de que demos a conocer los
títulos recibidos, con objeto de que las personas interesadas puedan conocer
los fondos disponibles. Aunque ello representa un trabajo considerable, hemos
considerado oportuno atender este año esa demanda y, a partir de ahora, iremos
dando a conocer las publicaciones recibidas, dedicando especial atención a las
que hacen referencia a nuestra zona.
El
Centro de Estudios de la Tierra de Ágreda y el Moncayo soriano nos ha enviado
el nº 3 de su Boletín. En sus 44 páginas magníficamente editadas incluye
diversos artículos de interés, entre ellos uno dedicado a la biografía de
Juliana Gómez Pardo, la madre de Dolores Ibarruri, que nació en Castilruiz,
aunque en 1875 la familia se trasladó a Vizcaya, al haber encontrado su padre
un trabajo como “burrero de mina”, falleciendo posteriormente al ser aplastado
por un bloque de mineral.
Juliana que tenía 10 años cuando partió de la
provincia de Soria, también trabajó en la mina hasta que contrajo matrimonio
con otro minero, Antonio Ibarruri, a los
17 años de edad. Llegaron a tener once hijos, de los que sobrevivieron siete.
“La Pasionaria” fue la octava en nacer, en diciembre de 1895. El padre era
carlista y de profunda religiosidad, al igual que la madre, por lo que Dolores
se educó en ese ambiente y ella misma recordaba su amor a la Virgen de los
Dolores. Debió cambiar muy pronto, pues a los 10 años su madre la llevó a una
iglesia de Deusto, en la que se veneraba a San Felicísimo, para que la
desembrujasen, pues creía que estaba poseída. También es muy interesante el
artículo dedicado a la epidemia de cólera de 1885 en Ágreda, donde el contagio
llegó a la provincia de Soria a través de un segador de Monteagudo de las
Vicarías que había estado trabajando en Calatorao, aunque en el caso de Ágreda
se indica que la epidemia llegó desde Tudela.
Otra
revista excelentemente editada es Naturaleza
Aragonesa que publica la Sociedad de Amigos del Museo Paleontológico de la
Universidad de Zaragoza y cuyo nº 31, acabamos de recibir. Entre sus contenidos
podemos destacar el artículo dedicado a microvertebrados y fósiles humanos en
Atapuerca; otro sobre los coleópteros acuáticos de Aragón; y uno especialmente
interesante sobre las orquídeas del Alto Gállego, donde han sido catalogadas
nada menos que 52 especies de estas flores que muchos asocian con ecosistemas
tropicales y que, sin embargo, también se encuentran en Aragón. En otro trabajo
se da cuenta del seguimiento que para controlar la calidad de sus aguas se
realiza en los embalses de la demarcación hidrográfica del Ebro. Al margen de
otras consideraciones, en el artículo se incluye el embalse de La Loteta,
ubicándolo en Gallur. Es posible que allí se encuentre la estación de control,
pues como es sabido el embalse se extiende por otros municipios de nuestra
zona.
El
Grupo Cultural Almena de Almudévar viene editando, desde hace mucho tiempo una
revista con el título de Via Lata,
cuyo nº 95 nos han enviado ahora. En ella, junto a las actividades del grupo,
que se ha caracterizado por su defensa del Patrimonio Cultural, da cabida a
noticias locales de todo tipo.
La
revista Arte Fotográfico es una de
las clásicas en ese ámbito, a la que el Centro de Estudios Borjanos está
suscrito desde que mantenía un prestigioso concurso que alcanzó veinticinco
ediciones. Se da la circunstancia de que, posteriormente, recibimos un legado
de D. Jesús Pellicer, suscriptor desde el nº 1, con el que pudimos completar
nuestra colección, a falta de cinco números que estamos intentando conseguir.
El ejemplar ahora recibido es el nº 638.
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