La
presencia de los gigantes en la procesión del Corpus era una tradición que se
había perdido hace años. Por eso, verlos ayer encabezando la comitiva, junto
con los nuevos “gigantillos”, constituyó una grata sorpresa.
Hay
que tener presente que esta procesión es la más importante del calendario
litúrgico ya que, a diferencia de las otras en las que desfilan imágenes, la
del Corpus Christi rinde homenaje a la presencia real de Cristo en la
Eucaristía.
Por
ese motivo, participaban en ella todas las cofradías y asociaciones religiosas,
con las peanas de sus respectivos titulares. Ahora, lo hacen las banderas de
todas ellas, con la cruz parroquial al frente.
En
la comitiva figuran, asimismo, los Primeros Comulgantes del año con canastillas
en las que portan pétalos de flores que arrojan en el transcurso del recorrido.
Delante
de ella va el pendón de la ciudad que, habitualmente, es portado por el
concejal de menor edad, lo que no viene ocurriendo últimamente. Junto al mismo
y en lugar preferente las banderas de la Adoración Nocturna.
Presidió
la procesión el Párroco de Borja D. Carmelo Roy Blasco, seguido por la
corporación municipal bajo mazas. De los once concejales que la integran
participaron el Alcalde de la ciudad D. Eduardo Arilla; la Teniente de Alcalde
Dª Maria del Mar Arcos; y los concejales D. Leandro José Galindo; Dª Ana
Echave, Dª Laura Calahorra y Dª Ana Tejero (que portaba el pendón).
Cerraba
la comitiva la Agrupación Musical Borjana, bajo la dirección de D. Félix
Martínez Lahuerta, interpretando a lo largo del recorrido diversas
composiciones, entre ellas el himno oficial del XXII Congreso Eucarístico
Internacional celebrado en Madrid, España, del 25 al 30 de junio de 1911, el
conocido “Cantemos al amor de los amores” que, junto al “De rodillas Señor,
ante el sagrario”, himno oficial del XXXV
Congreso Eucarístico Internacional que se celebró en Barcelona, en 1952, siendo
obispo de la ciudad monseñor Modrego, es la obra musical de tema eucarístico
más conocida.
La presencia de los
gigantes, lejos de ser anecdótica, puede ser un primer paso para la
revitalización de esta importantísima procesión, rodeada de otras muchas tradiciones,
como las paradas que efectuaba a lo largo del recorrido. Una de ellas, se llevaba
a cabo aquí, en la plaza del Mercado. La segunda tenía lugar en la del Olmo y
la tercera en la plaza de San Francisco.
Las
circunstancias han cambiado, así como el trayecto por el que discurre la
procesión, pero ello no sería obstáculo para que intentáramos recuperar, al
menos, una de esas paradas, para lo cual ofrecimos hace unos años toda nuestra
colaboración.
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