Como
habíamos anunciado, este fin de semana el Presidente del Centro de Estudios
Borjanos se desplazó a La Cuevas de Cañart, en compañía de D. Leandro José
Galindo Escolano, visitando también otras localidades de su entorno.
En
primer lugar, debemos destacar las numerosas atenciones recibidas por parte de
D. José Puch Gascón, Alcalde de esa localidad; de la Concejala Dª Rafaela Liébana
Arroyo; y del Secretario Municipal D. Raúl Utrilla Muñoz.
En
segundo lugar, la visita ha servido para poner de manifestó las inmensas posibilidades
turísticas que tiene esa población, enclavada en un lugar de singular belleza,
con numerosos monumentos, tanto en sus alrededores como en el casco urbano que,
por otra parte, es Bien de Interés Cultural, en la categoría de Conjunto
Histórico Artístico. Si a ello añadimos el excelente equipamiento hostelero y
la sensación de paz y tranquilidad que allí se respira, lo convierten en
destino obligado para muchos visitantes que, en muchas ocasiones, programas sus
viajes a lugares remotos, sin tener conciencia de las maravillas que encierra
nuestra propia tierra.
Pero,
para nosotros, ha sido una sorpresa añadida, el constatar la relación existente
entre Las Cuevas de Cañart y Borja, por lo que queremos compartirlo con todos
los que nos siguen, de manera que les sirva de aliciente para “descubrir”
paisajes, monumentos y bellezas naturales que, sin duda, les van a sorprender.
Sabíamos
que allí se levantaba este antiguo convento de religiosas concepcionistas,
cuyas últimas moradoras lo abandonaron el 8 de octubre de 1980, para integrarse
en la comunidad que la misma orden tiene en Borja.
Todavía,
en 2013, Sor Inmaculada, una de las religiosas que llegaron a nuestra ciudad,
recordaba con nostalgia aquel momento, en el primer número de la revista La Acacia, editada por la Asociación
Cultural “El Morrón”, que viene desarrollando una intensa labor que, junto al
interés de las autoridades municipales y de algunos emprendedores locales han
hecho posible que Las Cuevas de Cañart mantenga su encanto y, lo que es más
importante, sea capaz de programar nuevas iniciativas para su inmediato futuro.
Pero,
lo que no sabíamos es que la fundación de este convento fue una iniciativa de
D. Domingo Bellido, un ilustre jurisconsulto natural de esa localidad y
emparentado con otra ilustre familia de Las Cuevas de Cañart, los “De Pedro”,
una de cuyas ramas se estableció en Borja, donde aún residen varios de sus
miembros.
Una
hermana del fundador, Dª Jerónima Bellido, había contraído matrimonio con D.
Jerónimo de Pedro y fueron, precisamente, sus hijos D. Juan de Pedro y D.
Melchor de Pedro, los encargados de llevar a cabo la fundación de su tío,
dándose la circunstancia de que las primeras religiosas que entraron en el
nuevo convento fueron Sor Delfina y Sor Josefa de Pedro Vidal, nietas de Dª
Jerónima Bellido y, hasta entonces religiosas en el convento de la Tercera
Orden franciscana de Monte Santo de Villarluengo.
También
nos ha causado una grata sorpresa constatar que el consentimiento para la
fundación del convento fue otorgado, en 1668, por D. Ramón de Perellós y
Rocafull, en aquellos momentos Comendador de Castellote y Las Cuevas, el cual
se convirtió en 1697 en Gran Maestre de la S.O.M. de San Juan de Jerusalén, de
Rodas y de Malta. La relación de tan ilustre personaje con esta localidad viene
a poner de manifiesto la necesidad de una interpretación más acertada de la
historia de una serie de municipios que, durante varios siglos, pertenecieron a
la Orden de San Juan y en los que, por el influjo de esotéricas modas, se
incide con reiteración en su pasado templario, ocultando un dilatado período en
el que se conformó su actual personalidad.
La
familia “De Pedro” está también indisolubremente unida a la historia de Las
Cuevas de Cañart, donde tienen su casa solar junto a la iglesia de San Pedro, con
sus armas en la fachada.
Precisamente, una parte
de esa casa ha sido convertida en alojamiento turístico, “Casa Moliner”,
catalogada como casa rural, aunque con magníficas instalaciones.
Existen
otros establecimientos similares en la localidad, además de Hotel D. Íñigo,
situado frente a la iglesia citada, el cual dispone de spa y unas instalaciones
en las que, junto al confort, destacan los amplios espacios disponibles.
Hemos
querido detenernos en estos equipamientos, antes de hablar con detenimiento, de
algunos de sus monumentos, como haremos en posteriores artículos, porque no se
puede concebir una oferta turística adecuada cuando no se dispone de la infraestructura
adecuada para acoger a los visitantes.
En
el caso de Las Cuevas de Cañart no ocurre así. Hay atractivos y equipamientos
para un turismo de cierta entidad. Probablemente, lo que falte es una adecuada
promoción, algo que los responsables turísticos de Aragón deberían considerar.
No nos parece mal que centremos nuestra oferta en determinados destinos, pero
en nuestra comunidad hay otras muchas cosas que ver y, en ellas, también hay
que volcarse.
De
igual manera, no podemos desaprovechar lo que tenemos. En el caso que nos ocupa
hemos podido constatar que el antiguo templo del convento de concepcionistas
está abandonado y en riesgo de que su deterioro se acreciente si no se adoptan
las medidas necesarias para reparar su cubierta. Lo que, en estos momentos, es
sencillo, puede ser inasumible en un futuro cercano.
No
se trata de una cuestión baladí, pues la única deficiencia que hemos percibido
en esta localidad es la falta de un espacio en el que poder celebrar reuniones
o congresos, así como otro tipo de actos para lo que, esta antigua iglesia, reúne
las condiciones idóneas.
Con
estas imágenes de algunos rincones característicos de su casco urbano, ponemos
hoy fin a nuestro recorrido por Las Cuevas de Cañart, aunque volveremos con
nuevos artículos para mostrar lo que allí se ha hecho y, también, de las
consecuencias que para el Patrimonio Cultural de todos los españoles, tuvieron
en los siglos XIX y XX determinados procederes.
Estupendo, hay q dar a conocer nuestros "pequeños" tesoros y a ver si conseguimos alguna subvención para la conservación de la iglesia del convento de las monjas, sería muy penoso q se perdiera, sobre todo para los habitantes de Cuevas
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