Fiel a
la tradición, ayer por la noche, víspera de San Jorge, la ronda del roscón
recorrió las calles borjanas, acompañada por numerosas personas.
Para
quienes no son de Borja, debemos señalar que la característica de esta ronda es
que el cortejo va precedido por una persona que porta una larga caña en la que
se ensartan los roscones, que desde balcones y ventanas les arrojan a su paso,
siendo depositados en los cestos que llevan dos parejas de niñas y niños, que
posteriormente los distribuirán entre los establecimientos benéficos de la
ciudad.
Desde
la Casa de Aguilar, sede del Centro de Estudios Borjanos, es costumbre lanzar
dos roscones, cometido del que este año se encargaron dos jovencitas borjanas.
Tras
recibir los roscones se cantan algunas jotas que, en la plaza de Aguilar
estuvieron a cargo de dos destacadas intérpretes, acompañadas por la rondalla,
que fueron recompensadas por el público con cariñosos aplausos.
Faltaron a la cita de nuestro balcón, alguna de las
jóvenes siempre suelen hacer acto de presencia en el mismo y, de igual forma,
echamos en falta las voces de algunos joteros, ya avanzados en edad, que sin
embargo quisieron acompañar a la ronda con su vacilante paso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario